La estrategia sí funciona

En el próximo partido que asistan al estadio gaditano no pierdan de vista a Diego Ribera. El segundo de Sergio González, que también fue futbolista, es el encargado en el conjunto amarillo de trabajar las acciones a balón parado, y ese es el único momento en el que el valenciano es dueño y señor del área técnica. Si no me creen, fíjense en el siguiente choque del Cádiz CF como local. Por eso, el que fuera jugador de equipos como Girona, Ponferradina, Recreativo, Alicante o Sevilla, aunque tan solo disputara nueve minutos en Primera División, es la persona que más contenta debe estar con la forma en la que los amarillos están logrando perforar la portería contraria en este inicio liguero.

Las cosas como son. El gol fue una de las asignaturas pendientes del cuadro gaditano durante buena parte de la pasada campaña. En invierno se puso remedio con la contratación de varias piezas ofensivas: Roger Martí, Sergi Guardiola y Chris Ramos. Pero tan solo el de Manacor parece haber respondido mínimamente en cuanto a cifras. Por otro lado, el delantero gaditano no se caracteriza por su facilidad de cara a portería, pero su trabajo está fuera de toda duda y lo que le ofrece al bloque es de alto valor para Sergio y para el resto de sus compañeros. Roger, en el que entidad y afición tienen confianza plena, no está atinado de cara a puerta. Ahora también está Maxi Gómez , que ante el Almería demostró cierta pasividad en el tanto de Kaiky. Ante esta situación, el Cádiz necesita goles y para eso está la estrategia de Diego Ribera y, sobre todo, la zurda de Javi Hernández.

Y es que la llegada del jerezano ha sido un plus absoluto en las acciones a balón parado. Un aspecto del juego que los aficionados amarillos ya habían manifestado sobre su escasa aportación al rendimiento positivo del equipo en las últimas temporadas. Desde Ager Aketxe, el Cádiz CF no ha contado con un futbolista dominante en esta faceta. Y con la incorporación de Javi Hernández parece que se ha subsanado completamente. El lateral no solo tiene la difícil misión de hacer olvidar a Alfonso ‘Pacha’ Espino, sino que también ha asumido el rol de lanzador oficial del equipo. Algo de lo que ya advirtió en su presentación como jugador amarillo. “Si me toca echar una mano a balón parado también estaría encantado de hacerlo”.

Dicho y hecho. Hasta el momento, los dos goles que ha anotado el Cádiz esta temporada salen de las botas del lateral jerezano. En la primera jornada, un buen centro fue aprovechado por la valentía de Fede San Emeterio. Un cabezazo que bien valió para sumar los primeros tres puntos de la temporada ante el Deportivo Alavés. En el duelo frente al Almería de Vicente Moreno, de su zurda casi surgen otros tres puntos. Solo Kaiky se encargó de arruinarlos en los últimos compases del choque. Pero la estrategia está ahí. Centro medido al segundo palo para que Escalante diera el pase atrás y Luis Hernández, el que nunca falla, hiciera el primero de la tarde y el que, a priori, debía darle la victoria a los amarillos.

Sea como sea eso nunca ocurrió. Aún así, el Cádiz CF debe estar orgulloso de estar aprovechando una faceta de juego que no había aprovechado demasiado en los últimos años más allá de los saques de banda kilométricos de Luis Hernández. Y el primero que debe estar muy feliz es, sin duda, Diego Ribera. A la sombra de Sergio González, aunque igual de importante por su influencia en el vestuario y por su capacidad estratégica en las acciones a balón parado. Un paso adelante notable que suma puntos al Cádiz en su lucha por la permanencia.