Cádiz CF

Chris Ramos, el hincha que corrió por todos

El delantero gaditano llegó en el mercado de invierno para aportar, además de empuje, sentimiento

Chris Ramos. CCF

A. C.

El jugador gaditano de la primera plantilla del Cádiz CF Chris Ramos atendió a los medios oficiales del club para realizar su correspondiente balance de la temporada 22/23, que finaliza con la presencia del equipo un año más, cuarto consecutivo en Primera División. Lo hizo, como todos, durante la comida de celebración que el club organizó en una bodega jerezana un día después de lograr la permanencia en Primera en el Martínez Valero de Elche.

Como es sabido, Chris Ramos llegó en el mercado de invierno para dotar al ataque de Sergio de centímetros y de gol, como todos los que dejó en el Anxo Carro de Lugo, de donde vino. El club gallego ya lo tenía complicado con él incluso, y tras su marcha -por dos millones de euros- cayó en picado y sin remisión hasta la Primera RFEF. No era para menos, Ramos era su máximo goleador.

Ya en Cádiz, Chris se fue haciendo poco a poco más importante. Aprovechó las lesiones y cada vez que saltaba al campo era un volca´ tras un balón. Eso lo entendió la grada, que vio en él ese espejo que llevaron tantos otros como Jesuli Velázquez y tantos otros que habían llegado al primer equipo de la ciudad tras saber lo que es el Complejo.

Ha vivido su primer medio año como cadista, su sueño. Un sueño del que despertó para echarse a llorar en el Villamarín en cuanto marcó su primer gol con la camiseta de su equipo.

El balance que hace de la temporada es «muy bueno», como no puede ser de otra manera. «Hemos conseguido el ansiado objetivo que teníamos todos, tanto equipo como todos los cadistas. Ha habido momentos buenos y momentos malos. De los malos hemos sabido salir bien y de los buenos, hemos sabido saborearlos y disfrutrarlos», comenta.

Su mejor momento lo tiene claro, aunque los reparte en dos. «El gol en el Villamarín y el primer partido en casa. Han sido muchos sueños cumplidos, uno detrás de otro y aún no me ha dado tiempo a asimilarlos. Cada vez que me pongo la camiseta o juego en casa es muy especial. Es una sensación que no se va ni se irá seguro".

En una temporada tan onírica le cuesta escoger un mal momento, pero hace el esfuerzo para destacar que «somos un equipo que a pesar de haber encajado alguna derrota, hemos completado muy buenas semanas de trabajo con la mente puesta en el siguiente partido para conseguir la victoria. En ese aspecto no tengo mal momento. Quizás el peor haya sido el golpe en la rodilla frente al Valladolid que me ha impedido estar en las últimas jornadas».

Y por supuesto, tiene un mensaje para la afición, aunque poco o nada puede decirles. «A los cadistas no hace falta mandarles mensajes, esto lo llevamos en la sangre y estoy seguro de que aunque pase el tiempo y los años van a seguir así».

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