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Cádiz CF-Rayo (1-0) Otro rayito de ilusión

Un gol de Alvarito devuelve al conjunto gaditano a la senda de la victoria y del camino hacia el sueño

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El Cádiz CF vuelve a ganar en Carranza.
El Cádiz CF vuelve a ganar en Carranza.

Nada como una victoria para volver a sonreír de camino a la cama, donde permanecen los sueños de una afición que ha vuelto ver ganar a su Cádiz CF, que con los tres puntos recién conseguidos contempla como de nuevo se pone a perseguir una tercera plaza de la que le sacaron la pasada semana en Oviedo. Alvarito fue el autor del gol de un equipo que, sin hacer nada del otro jueves, pasó por encima de un Rayo Vallecano que camina por Segunda sin alma y sin garra.

Cervera, asumido el error táctico en Oviedo, quiso volver a los orígenes en el regreso del Cádiz CF a Carranza. Y lo hizo devolviendo la titularidad a Rubén Cruz en la mediapunta y a Nico en la banda derecha.

El equipo no jugó mal ante el Reus y eso lo recordaba bien el técnico, por lo que apostó por su sistema predilecto y con jugadores que saben a pies juntillas cómo hay que moverse para que las cosas no se muevan mucho. Y así salió el Cádiz CF, que pese a ello no salió como debiera.

No comenzó muy centrado el Cádiz CF y eso propició que en apenas dos minutos el Rayo se acercase a los dominios de Cifuentes hasta en tres ocasiones. Afortunadamente, los delanteros vallecanos no salieron muy atinados.

La tan deseada posesión de balón con la que el entrenador del Rayo, Míchel, ha cegado a los suyos desde su llegada al banquillo casi le cuesta una mala pasada después de que, entre Ortuño y Rubén le robasen la cartera a Amaya y le llegase el balón a Nico, que abrió a Alvarito para que el utrerano prolongase a Brian, que con gran criterio dio un pase de la muerte a Ortuño que volvió a fallar sorprendentemente tras chutar raso y ver como Nacho, bajo palos, desbarataba una ocasión tan magnífica y similar como la de hace tres semanas ante el Reus en la misma portería y casi que en el mismo minuto.

La oportunidad, al menos, sirvió para frenar el dominio inicial del Rayo, que no por ello le hizo ascos al balón. Y lo cierto era que, pasado el primer cuarto de hora, no estaba funcionando el Cádiz CF, que fuera por lo que fuese no estaba optando por la mejor opción en ninguna de sus jugadas de ataque ante un equipo ramplón. Pese a ello, el Rayo iba creyendo cada vez más en sus posibilidades y, si bien, no alarmaba demasiado con ocasiones sí que daba la sensación de tener el asunto controlado ante un Cádiz CF que se dejaba hacer.

Así las cosas, solo otro despiste defensivo de la zaga madrileña podía darle una alegría a una afición que casi lo presencia después de ver como Nacho no se entendía con su portero y le cedía el balón cuando Gazzaniga se disponía a despejarlo. La carrera a la desesperada del meta argentino salvó sobre la línea de gol el primero de los gaditanos. Otra vez, ese susto provocó que el Cádiz CF volviese a tomar protagonismo en el campo. Y, como no, fue Alvarito el que se coló en área rival tras una pared en el centro del campo con Rubén Cruz para conseguir un saque de esquina que acabó rematando alto Sankaré.

No fue hasta que pasó la media hora que el Cádiz CF pidió sitio en su plaza. Y vamos que si lo pidió. José Mari y Abdullah comenzaron a mover el balón con la ayuda de Rubén y hasta de Ortuño y el engranaje amarillo, ahora sí, comenzó a funcionar. Fue en una de esas triangulaciones cuando le llegó un balón al pichichi cadista a pocos metros del área. El murciano, antes que armar su zurda, temporizó el momento y vio las piernas abiertas de Amaya para, por ahí, mandarle un balón a Alvarito. Lo siguiente ya es magia. El utrerano, acechado por el central, se escoró hacia su izquierda enseñando la pelota a defensa y portero para, en el momento exacto, sacar su varita y echársela por encima al meta argentino ante la algarabía de la grada. Gol.

Bastó con un gol para comenzar a explicárselo al Rayo. Y es que al rato pudo marcar Rubén Cruz, pero el disparo del sevillano, cegado ante el gol de amarillo, se fue a las manos del portero cuando tenía todo para él tras recibir de Ortuño dentro del área y totalmente solo. Como solo dejó a Alvarito un fabuloso pase de Abdullah cuando ya moría el primer tiempo, pero el disparo raso, potente y escorado del utrerano se fue besando la cepa del palo izquierdo de Gazaaniga, que se fue al descanso con un gol en contra si bien pudieron ser tres, como mínimo.

Segunda parte

Obligado por el resultado, además de por la clasificación, fue el Rayo el encargado de llevar peligro al área rival en la reanudación. Lo hizo tras dos balones parados a los que respondió atento y seguro el veterano Cifuentes, que tuvo que volver a intervenir de puños en un nuevo acercamiento por banda en lo que era ya el tercer intento rayista en apenas tres minutos.

Fue Alvarito, ¿quién iba a ser?, el que sacó al Cádiz CF de su madriguera con una internada que Quini tuvo que frenar en falta, la que fue rematada por Rubén Cruz que se fue rozando el palo. Y de nuevo el Cádiz CF aprovechó la primera de sus ocasiones para someter al Rayo. La presión amarilla volvía a aparecer y tras un robo de Carpio, Ortuño se buscó sitio para chutar a puerta pero a las manos del arquero argentino.

El encuentro comenzaba a entrar en una fase peligrosa para el Cádiz CF, que vio como el árbitro dejaba pasar un posible agarrón a Javi Guerra dentro del área. El Rayo, sin apenas hacer nada, fue ganándole terreno al once amarillo, que necesitaba de algo para cambiar una rutina que le podía llevar al empate. Y casi llega en el minuto 63 tras un cabezazo peinado de Amaya que silenció Carranza tras un saque de esquina.

Ese 'algo' para Cervera fue Aitor, que entraba por Nico para dar mayores recursos al ataque amarillo. Consciente de los sufrimientos de su equipo, Carranza, que registraba una entrada de 'play off', se puso manos a la obra.

A falta de veinticinco minutos, Cervera volvía a quitar velocidad sacando a Alvarito, que se llevó una sonora y multitudinaria ovación, y dando entrada a Imaz. Los cambios no variaron mucho el panorama y Cádiz CF y Rayo se adentraban en una recta final de partido difícil de presagiar.

Los minutos pasaban sin ocurrir gran cosa, lo que por cuestiones obvias no importaba demasiado al Cádiz CF. Eso no quitaba para que se pudiera ver mucho riesgo en la deriva que tomaba el encuentro. De hecho, que el Cádiz CF renunciase al balón era mala señal. Tan mala que si no es por Carpio, que sacó un pase de la muerte casi que bajo palos, el Rayo podría haber empatado el encuentro.

Cervera, a falta de dos minutos, quiso matar el choque dando entrada a Garrido por Abdullah, pero lejos de matarlo lo que hizo fue darle más vida al rival ya que el Cádiz CF siguió dando pasitos hacia su portería y confiando plenamente en la seriedad de Aridane y la contundencia de Sankaré.

El pitido del árbitro ponía fin a un partido que volvía a poner al Cádiz CF en la senda de la confianza tras el despiste en Oviedo y devolvía a los vallecanos a un túnel del que no tendrán fácil salir de seguir en la misma y equivocada dinámica de control.

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