Cádiz CF

Casi muertos, pero muy vivos

El Cádiz CF llega al final de Liga con mucha vida a pesar de contar con varios jugadores fuera de combate, la enfermería a rebosar y las fuerzas justas en los que están

La competición se está cebando con los hombres de Sergio. La imagen muestra la metáfora de este Cádiz.

Alfonso Carbonell

Dicen que cuando no queda fútbol, malo. Y es verdad. Sin embargo, por el sur de España parece haber unos cuantos locos que van de amarillo oponiéndose a ese axioma. El Cádiz CF está sacando esta temporada adelante con más corazón que cabeza, que también . Y no, se trata de enjuiciar para mal los planteamientos tácticos de un entrenador que ya ha conseguido más victorias en Primera en menos partidos que su anteceso, no. Sergio está haciendo lo imposible con tal de dotar a los suyos de más recursos ofensivos. La titularidad el pasado viernes de Alcaraz en detrimento de su máximo guerrero en la medular no es más que la señal evidente que el técnico barcelonés se preocupa y ocupa en eso de darle fútbol a los suyos. Pero es que las cosas no se están poniendo nada fácil. El personal está reventado. Simple y llanamiente. Y es precisamente por eso, por la paliza que llevan en lo alto sus pupilos, que la sangre no fluye bien y las piernas se encojan al mismo tiempo que la cabeza no piense como antes.

El equipo se le comenzó a caer muy poquito a poco desde el pasado mes de eneros. En realidad, desde septiembre del pasado año, mes en el que se lesionaba para el resto de la temporada el que hasta ese momento estaba siendo el jugador más regular y el mejor de los fichajes. Zaldua se partía la rodilla en el encuentro ante el Betis e Iza volvía a primera plana y sin reserva.

Las malas noticias no eran solo las que deparaba esa lesión del donostiarra. La defensa también se percataba que uno de sus efectivos no estaba ya para muchos trotes. Juan Cala, quería pero no podía. Las molestias que arrastraba de su operación en la rodilla seguían dando la cara y nunca estuvo al nivel de la exigencia que la elite obliga. Honestamente, el de Lebrija aprovechó el mercado de invierno para darle la baja al club para que este se reforzara con Meré, un central espectacular que tampoco es que esté al máximo de su nivel dado unas molestias pasadas y su inactividad. Sí, casi nadie lo sabe, pero en estos momentos la retaguardia amarilla camina sobre el alambre tras la retirada en combate de Víctor Chust, otro que nunca estuvo al nivel esperado dado que atrasó una operación tanto tiempo que ha acabado tirando a la basura una temporada. No obstante, el central procedente del Real Madrid dio el callo siempre que fue llamado a filas . Hasta que se rompió definitivamente. Las ganas por competir, por no pasar por el quirófano fueron su mayor enemigo.

Otro capítulo en la defensa lo tiene Fali , que el pasado viernes se retiraba del campo mientras calentaba y diez minutos del comienzo del choque. Al titán lo retiró de la temporada hace ya unas semanas una radiografía que el valenciano convirtió en papel mojado. No obstante, la ciencia se ha acabado imponiendo y Fali se iba lesionado entre lágrimas y la enfermería colgaba el papel de overbooking.

Porque no son pocos los jugadores que se pasan casi que la semana entera en la enfermería. Ahora mismo, el que trata de recuperarse contra el reloj es Roger Martí , pero su impulso le ha jugado una mala pasada y atrasaba sus plazos aunque espera estar, como mínimo, en el encuentro del próximo domingo en Carranza ante el Celta.

Otro que comparte sesiones de fisio y camilla, como Chust, es el uruguayo Brian Ocampo, primero que se retiraba de combate tras recaer de una lesión con la que llegaba de Uruguay. Fue un mazago gordo para la vanguardia del Cádiz CF ya que el internacional charrúa comenzaba a estar en su mejor momento. De golpe, Sergio se quedaba sin el remate y el gol de un jugador que debe seguir creciendo en el conjunto gaditano. Eso sí, ya tendrá que hacerlo en el ejercicio próximo.

También en la delantera Sergi Guardiola ha forzado en no pocos partidos con tal de no dejarla a cuadro s. El ex del Valladolid llegó muy fuerte pero poco a poco esa inactividad de la que venía le iba pasando factura y su rendimiento ha ido de más a menos. A pesar de ello, ahí fugura cada jornada en el once y dejándose lo mucho o poco que a su cuerpo le queda.

Y si no estaban mal las cosas en la delantera, el pasado viernes ante el Valladolid se lesionaba Chris Ramos , que aguantó hasta que en el descanso se enfrió su rodilla y tuvo que ser sustituido por un Choco Lozano que sorprendió a propios y extraños volviendo a tomar protagonismo para bien en el ataque amarillo.

Tampoco el centro del campo es una demarcación donde las cosas han ido bien. De hecho, José Mari se rompía el primero en Valencia mediada la primera vuelta y Sergio se quedaba sin ese termómetro que tan bien ha sido empleado por Cervera. El roteño sigue estando en las convocatorias pero su participación, muy a su pesar, está siempre atenuada por su estado físico, muy lejos del que todos quisieran. Sus lágrimas adelantaban el suplicio de temporada que le esperaba en lo personal.

José Mari fue el primero y Álex Fernández ha sido el último en pasar por la enfermería. Un pinchazo en el gemelo del madrileño lo dejaba fuera de combate para lo que quedaba de temporada para preocupacion de Sergio, que cruza los dedos para que San Emeterio -con eternas molestias que palia con ardor guerrero-, Gonzalo Escalante y Rubén Alcaraz mantengan lo que les queda del tipo.

Porque en estos momentos el once cadista tiembla a cada paso que da. A pesar de ellos, el bloque, la garra y el empuje del cadismo está siendo em mayor soporte de un equipo donde hasta los porteros suelen visitar la enfermería en determinados momentos.

Y no solo las lesiones se han cebado con el Cádiz CF. Las sanciones también se han aliado contra los amarillos. Especialmente las de Iza y Ledesma tras el polémico encuentro ante el Getafe. Los tres partidos y los cuatro que le cayeron respectivamente daban en la diana de dos demarcaciones donde los suplentes eran prácticamente inéditos en Primera. David Gil aguantó el tipo y Parra acaba derovado. A pesar de ello, de nuevo el bloque arrimó el hombro para que este hándicap se notase lo menos posible,

Quedan tres partidos y el vestuario amarillo cruje por los excesos. Queda el último aliento y los pupilos de Sergio lo van a dar. Solo que hay que rezar una mijita más para que la guadaña de las lesiones no visite una vez más a un equipo en cuadro.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación