Bastida será cabeza de ratón

Álvaro Bastida necesita volar por libre. Cuanto antes sea cabeza de ratón, mejor para él y para su equipo, el Cádiz CF, donde era cola de león . El mediocentro chiclanero iba camino de convertirse en la eterna promesa amarilla porque las exigencias de la Primera División no le han permitido ascender y sigue encerrado en la Segunda RFEF, donde lleva perviviendo las dos últimas campañas.

Para colmo, en el filial de Alberto Cifuentes fue perdiendo protagonismo entre lesiones y ausencias. Sin embargo, cada vez que había un partido de Copa o en los amistosos de verano, bien Cervera, bien Sergio lo sacaban a jugar y con pocos minutos dejaba detalles de calidad que a más de uno le dejó con ganas de verlo más. Pero nada, nunca tuvo en la continuidad deseada y el jugador, de 19 años, hará una maletita para irse muy cerca a jugar, en Sanlúcar de Barrameda, donde Juan Cala se empeña en hacer crecer a un Atlético Sanluqueño que promete hacerse con los servicios de Nolito. Lo hará cedido durante esta temporada.

Hay mucha ilusión en el entorno de Bastida con esta peregrinación a El Palmar , estadio que huele a fútbol y donde entrena un amante del fútbol de toque como Antonio Iriondo. De entrada, jugará en una categoría superior, la Primera RFEF (extinta Segunda B), y se medirá a equipos históricos como Málaga, Córdoba, Alcoyano, Castellón, Recreativo, Castilla o Murcia. Y de salida, lo hará en un equipo en donde no hay muchos mediocentros y, por ende, deberá contar con minutos. Su competencia son el canterano sevillista Luis Vaca y Cordero. Además, Iriondo suele jugar hasta con tres centroccampistas en la búsqueda de la asociación entre ambos. Por tanto, Bastida ha ido a caer en un equipo que se ajusta al perfil que debe seguir puliendo.

Atrás queda en el tiempo cuando Bastida acudía a la selección sub'17 con Santi Denia al frente. De hecho, era el propio seleccionador el que llamaba no pocas veces al círculo cercano del jugador para preocuparse por su situación al comprobar que no jugaba en el filial, lo que motivaba que acabara por no ir convocado con la Rojita debido a la justicia con otros jugadores que sí jugaban en sus respectivos equipos.

Esta cesión a La Leti servirá para comprobar si Bastida puede convertirse en una realidad o queda estancando en una categoría inferior. Desde luego, caer en manos de Iriondo puede ser una bendición ya que el ruso (como es llamado cariñosamente dado que es un niño de la guerra) suele apostar muy fuerte por los jóvenes. Ahí están los casos de Aitor Ruibal u Óscar Valentín, que ahora destacan en el Betis y en el Rayo Vallecano tras haberlos sacado al mundo profesional en el Rayo Majadahonda, donde también domó a Iza Carcelén, al que hacía jugar como extremo. Un último ejemplo ha Alan Godoy, que lo tuvo el pasado curso seis meses tras no jugar en el Alavés B y ahora es el delantero de referencia del Mirandés.

Con la llegada de Cala al Sanluqueño era algo más que probable que muchos canteranos cadistas acabaran en El Palmar dado que el filial amarillo milita en Segunda y la opción de soltar a jugadores en un peldaño más arriba es idóneo para la trayectorias de todos. Hace poco llegaba traspasado el meta Juan Flere y como cedido ha firmado el lateral zurdo Raúl Pereira , que jugaba hasta ayer en el Juvenil de División de Honor. Ahora el vestuario local de El Palmar va haciendo hueco para Bastida, que tendrá este curso la oportunidad de poder independizarse de un club que lo espera para triunfar no sin antes comprobar que lo vale. Hagan sus apuestas.