Sin goles no hay amores

Cantar un gol del Cádiz esta temporada está siendo algo extremadamente difícil. Más concretamente, los aficionados amarillos tan solo han podido saltar de su asiento en quince ocasiones. Son los que menos han celebrado de toda Primera División, ya que el cuadro que ahora dirige Mauricio Pellegrino es el equipo que menos goles ha marcado en lo que llevamos de curso en la máxima categoría del fútbol español. Incluso Almería (22) y Granada (23) suman más tantos que el conjunto amarillo. Eso sí, presentan registros defensivos mucho peores y de ahí el lugar de la clasificación que ocupan.

Goles son amores y al Cádiz este año Cupido le está dando la espalda. La incapacidad ofensiva de los amarillos es muy grave. No es la cuestión de no marcar, sino las dificultades que presenta el equipo para siquiera amenazar levemente la portería rival. Tan solo Robert Navarro parece que tiene cierta soltura para superar líneas e, igualmente, tiene complicaciones para acertar en los últimos metros. Otras piezas llamadas a ello, como Ocampo y Machís, ni están ni parece que se le esperen. Pellegrino está confiando en futbolistas como Rubén Sobrino, al que se le complica demasiado producir ofensivamente esta campaña, o Iván Alejo, que tuvo un buen tramo, pero que ahora nuevamente vuelve a sufrir para colgar buenos servicios al área.

No hay ideas, no hay creatividad y no hay clarividencia cuando se va acortando la distancia con la portería rival. Y claro, los pocos goles que se meten no se han rentabilizado a diferencia de otras campañas. El Cádiz suele puntuar cada vez que logra marcar (tan solo no lo ha hecho ante el Atlético de Madrid en el Metropolitano y frente al Valencia hace unas semanas en la Tacita de Plata), pero este año lo ha hecho empatando y no ganando. Se dejó igualar en duelos como contra el Sevilla o el Almería, y acabó empatando en otros donde el colectivo arbitral se empeñó en aguar la fiesta amarilla, tal y como pasó en Balaídos, con la expulsión de Víctor Chust a pesar de no ser el último hombre, o en casa ante Osasuna con el famoso penaltito de Momo Mbaye.

Tan mal está la cosa que los amarillos presentan un registro nefasto: un gol anotado en los últimos siete encuentros. Fue el gol de Rubén Alcaraz desde el punto de penalti ante el Valencia. De hecho, este registro deja a los amarillos como el peor equipo de Europa a nivel ofensivo de primer nivel. En la Premier League, por ejemplo, es el colista el que menos goles anota. A pesar de ello, el Sheffield United suma 19 goles. Si nos marchamos a Italia, más de lo mismo. El Empoli, que ocupa la decimoquinta posición y está fuera del descenso, ha sido el menos productivo en ataque y ha logrado ver portería en 18 ocasiones.

En Alemania y Francia sí encontramos peores registros que los que protagoniza el Cádiz de Mauricio Pellegrino, pero con un matiz tremendamente importante que vuelve a dejar mal a los amarillos. En la liga bávara, por ejemplo, el Colonia acumula 14 tantos, y el Mainz 05 los mismos que el Cádiz, 15. Sin embargo, en dicho campeonato se han disputado tres partidos menos que en España. Algo parecido pasa en la liga gala, donde el Clermont es colista y tan solo ha visto portería en 14 ocasiones. Eso sí, en 20 partidos. Por lo tanto, las cifras que manejan los amarillos son las peores en términos ofensivos de todas las grandes ligas europeas.

En Portugal tampoco hay ningún equipo con números tan pobres. En Países Bajos, el Vitesse tan solo ha anotado 13 pero, al igual que en Francia y Alemania, el campeonato tan solo lleva 20 jornadas, tres menos que las disputadas en la liga española. Cada vez queda menos, y Mauricio Pellegrino necesita recuperar el estado de forma de muchos futbolistas para mejorar en ataque y, en consecuencia, acercarse al objetivo de la permanencia.