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Sin fútbol no hay nada, solo el abismo (0-2)

Enésimo despropósito de un Cádiz que no es rival para un Betis que gana con dos goles que llegaron al principio de las dos mitades

Chris Ramos no tuvo día en un partido que enfadó mucho a la afición.. antonio vázquez

Alfonso Carbonell

Sin fútbol no hay nada, solo el abismo. Y a ese abismo se asomó hace tres jornadas un entrenador que no está poniendo nada de su parte para evitarlo. Porque a su llegada, al equipo lo que le faltaba no era otra cosa que calidad, creatividad, gol. Pellegrino no ha hecho más competitivo a este Cádiz de lo que ya lo era con Sergio. El nuevo inquilino del vestuario amarillo apenas ha cambiado piezas y, claro, apenas se notan los cambios.

Nueva derrota de un Cádiz que va enfilado a Segunda y después de desaprovechar un mercado de fichajes tan decepcionante como el juego de un equipo que no avanza en nada.

Optó Pellegrino por seguir dando continuidad a los que estaba dando desde su llegada y una jornada más el personal tuvo que conformarse con un once preñado de seriedad y alejado de la creatividad que deben descansar en las botas de los Machis, Maxi Gómez, Juanmi u Ocampo. Pero no, se ve que el técnico argentino sigue viendo lo poco que veía en ellos Sergio y por algo sería. Así que, por eso mismo, el once de Pellegrino volvía a no alejarse demasiado del que podría poner en liza una jornada cualquiera el ya ex entrenador del Cádiz.

Las dos novedades respecto al equipo que saltó de inicio ante el Villareal fueron Alcaraz y Fali, que tras cumplir su sanción volvían a idéntico equipo que salía también ante el Athletic. Álex y Meré fueron los damnificados dentro de once que volvía a poner su ataque en las piernas de los Chris Ramos, Sobrino, Alejo y Robert Navarro.

El comienzo del encuentro avivó la poca llama de ilusión que este equipo de Pellegrino transmite. Y es que los cadistas comenzaron intentando llevar la voz cantante y se permitió el lujo de intercambiar unos primeros golpes de sondeo ante un rival que en cuanto bajó el balón al suelo salió de ese debate para tomar el mando, ganarse el respeto y, de paso, adelantarse pronto en el marcador en el minuto 5.

Fue gracias a un balón comprometido que Lucas Pires perdía en su zona ante Johnny Cardoso que llegaba hasta la línea de fondo para meter un pase atrás a William José, que de primeras chutaba sorprendiendo a un Ledesma que desde que se cortó la coleta ha dejado de ser Conan para ser terrenal.

El 0-1 caía como otro jarro de agua fría a un Cádiz que a los dos minutos volvía a ver como Johnny Cardoso enviaba un nuevo centro que cabeceaba fuera William José avivando el temor de una afición que comenzaba a arrepentirse de haber elegido el frío del estadio por el calor del hogar.

Era casi insultante comprobar la facilidad con la que los béticos tocaban el balón y la temeridad con que lo hacían los cadistas, que en cada jugada que intentan elaborar viene a ser como ver a un inexperto camarero haciendo malabares llevando más platos de los que debiera. Aun así, los de Pellegrino lo intentaban aunque fuera a trompicones, pero sin claridad y sin fútbol todo cuesta más. Pudo llegar el segundo bético tras un ataque cadista que acabó en contragolpe bético y enfado de la afición cadista, que le recriminó a Miranda que simulara estar lesionado durante el ataque amarillo y resucitara en cuanto los suyos recuperaron el balón. La contra bética casi acaba en gol después de la arrancada del lateral verdiblanco, que de no ser por la rodilla de Ledesma hubiera puesto el segundo en el electrónico.

Esa oportunidad volvía a someter al Cádiz, que de nuevo se libraba de otro gol tras un caracoleo de Fekir que acabó con un zurdazo del barbudo para que Ledesma metiera milagrosamente la mano en la cepa del palo para enviar a saque de esquina.

Mediada la primera mitad, el Cádiz levantaba la cabeza y lo hacía con una jugada que lo retrata. Un ahogado centro de Alejo era cabeceado tiernamente a las manos de Rui Silva, quien más tarde volvió a trabajar con mayor brío. El partido seguía en manos del Betis, que a través de un zurdazo lejano de Marc Roca cerca estuvo de alejarse en el marcador.

A la media hora de juego llegaría una nueva pifia en defensa del Cádiz; esta vez fue Fali el que osó controlar dentro del área sin percatarse de la presencia de William José, que se acomodó el balón de tan forma para volearlo centrado y a las manos de Ledesma.

Con más corazón que cabeza volvía a aparecer por las inmediaciones de Rui Silva el Cádiz. Esta vez fue Sobrino el que con un pase de pecho tras un centro por banda dejaba solo a Chris Ramos, que no se esperó el balón cuando de haberlo controlado se hubiera quedado solo ante el meta visitante. La afición, por enésima vez, volvía a decepcionarse en los metros finales.

Parecía la cosa controlada por los de Pellegrini cuando en el 42' de partido un centro bombeado al área por Alejo, tan activo como siempre, era controlado magistralmente por Sobrino, que remataba su gran labor asistiendo en raso a Escalante. El argentino llegaba desde atrás para disparar el caramelo que le había dejado su compañero pero toda la potencia que le dio al chut careció de puntería porque Rui Silva lo rechazaba fácilmente al ir tan centrado. Al rechace tampoco estuvo fino Escalante, que se encontró con el cuerpo de un defensa.

No pudo empezar peor el segundo tiempo para el Cádiz, ni para Juanmi, que había salido del descanso por Alejo para perder el primer balón que tocaba ante Marc Roca y que el Betis aprovechó para plantarse en el área mediante un Fornals que hacía lo que quería desde el vértice del área para colocarse el balón en la zurda y hacerlo llegar al fondo de la red con un efecto imposible para Ledesma. Si triste fue el varapalo, más triste fue lo de pedir falta previa al gol por una caricia...

Un gol al comienzo del primer tiempo y otro en el del segundo. No, no parece que Pellegrino haya conectado con la concentración de un equipo que está en 'off' desde septiembre del pasado año.

Noqueado el Cádiz, el Betis se soltó definitivamente y solo le faltaba jugar con su parroquia para sacar el balón tocado por todos sus hombres, Y claro, con este panorama, los pitos al equipo de Pellegrino eran cuestión de tiempo y llegaron tras un ataque bético 'a lo champagne' que finalizo Fekir buscando la escuadra. Era el minuto 60.

Y en el 65', noticias del Cádiz. Un pase filtrado de Pires a Juanmi era rematado de primeras por el malagueño, al que le faltó potencia y tino porque el balón fue bien blocado por Rui Silva. Algo era algo.

Movía el banquillo Pellegrino en el 67', pero lo que salía poca esperanza generaba ya que Álex y Sergi Guardiola entraban por Escalante y Sobrino. Más de lo mismo. Sopor y más sopor para un equipo que necesita chispas, efectos especiales, creatividad, cosas nuevas que no parece que hayan llegado al gusto del consumidor.

Recomponía su dibujo Pellegrino para dejarlo en un 3-5-2 con Iza y Navarro como carrileros. ¿Quién sabe si este sistema que tan bien le fue en el Leganés le da la llave para entrar en el corazón del cadismo? Y el que por poco entró fue Robert Navarro, que a la salida de un córner recogió un balón fuera del área para darle una rosca enviable que buscaba la escuadra pero lo que acabó encontrando fueron los puños del guardameta portugués del Betis.

Sin pena ni gloria pasaban los minutos, desesperantes para un público que acabó tomándola con su presidente por un mercado de fichajes calificable por Pellegrino, que solo usó a uno de los tres recién llegados. Algún que otro balón parado cabeceado a las manos de Rui Silva por Fali y poquísimo más que contar de un Cádiz que se acerca al abismo sin fútbol ni ideas por descubrirlo.

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