Escalante, la gran esperanza en el pozo

Es baja desde finales del pasado mes de noviembre, que se caía de la convocatoria frente al Real Madrid. Hasta ese momento tampoco es que estuviera muy enchufado a una competición en la que prácticamente no ha aparecido hasta el momento después de ser determinante en la permanencia del pasado curso. Sin embargo, Gonzalo Escalante fue renovado y ha desaparecido. Por medias también ha sido padre, lo que muchos achacan a que no debe estar descansando todo lo debido tal y como sufre cualquier padre que tiene un retoño. El caso es que como es tal el secretismo que impera en los clubes al no informar qué tipo de molestias tiene el jugador, pues al personal le da por por especular y crear hipótesis sin ningún tipo de base real pero con la lógica razón de hacerse preguntas. Es lo que tiene no informar, que se desatan las especulaciones.

Mientras el exjugador del Alavés se recuperaba pasaban los partidos ante el Real Madrid, Mallorca, Celta, Osasuna, Las Palmas, Real Sociedad y Granada. Ha sido el momento en el que su ausencia le abría las puertas a Álex Fernández, un mediocampista que Sergio tenía olvidado en el banquillo pero al que recuperó ante la baja del centrocampista argentino por delante incluso de Kouamé, al que la afición le desea muchos más minutos de los que está teniendo. Álex suma 747 y Kouamé 462; por su parte, Alcaraz es líder de la medular con 1.515 mientras que San Emeterio ha jugado 140 y José Mari apenas un cuarto de hora. Antes de sus molestias, Escalante había disputado 1.102, casi todos infructuosos.

Queda claro que la pareja de baile preferida en la sala de máquinas para Sergio es la que compondrían Alcaraz y Escalante, esa en la que más se apoyó para salvar la categoría el curso pasado y a esa misma es la que espera para salvar una situación crítica.

Este miércoles Escalante reaparecía entrenando junto a sus compañeros y puede darse por hecho que si está plenamente recuperado de lo que tenga saldría en el once junto a Alcaraz o incluso, puestos a hacer cambios, como mediapunta por delante de un centro del campo en el que podrían aparecer Álex o Kouamé. Sin duda, descargar de responsabilidad defensiva al sudamericano sería una opción nada descartable para darle al equipo mayor control de balón y un porcentaje más elevado de crear ocasiones. Un ejemplo más que gratificante de esa posición desde la que podría arrancar Escalante es el gol de Sobrino al Celta en Carranza de la temporada pasada y en el que el argentino asiste al manchego desde la media luna tras deshacerse de dos adversarios.

Con o sin Escalante, lo que es claro es que la afición cadista ha recibido una grata noticia con la vuelta a los entrenamientos de un futbolista que constituye ahora mismo la gran esperanza amarilla.