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(3-2) El Cádiz no se lo cree
Los pupilos de Sergio van de más a menos en un escenario que le vino grande sin pensarlo
Como estaba cantado, Sergio le pegó un revolcón a su equipo. Primero por él, segundo por el equipo. Y tercero por todos. Y no se equivocó. No podía equivocarse porque llevaba razón. Llevaba razón y se la dio los primeros minutos de juego en el Metroplitano. Es cierto que estudiar al Cholo es tan fácil que a pesar de tener a piezas menos portentosas si se tiene más valentía y ambición siempre se podrá hacer algo más. Pese a ello, el Atlético salió mejor. Qué menos.
El conjunto colchonero salió arrasando. En su casa, ante un rival que aparentemente venía a pasar limosna. Pero no. El Cádiz llegó al Metropolitano con carita de corderito pero con unas zarpas que en en breve se las enseñaron al Cholo, el más zorro del corral.
Sergio y el Cádiz fueron con las ideas muy claras, Tan claras que a pesar del arranque del partido se mantuvieron en los planos. La planificación era la que era y a pesar de que las cosas no fluyesen, había que insistir.
Y la verdad que pese al equipo de suplentes consagrados que sacó el mismo entrenador que lleva al equipo por tercer año consecutivo en la elite las cosas no comenzaron del todo mal. Porque cuando un equipo menor se presenta en un campo de Primera todo lo que no sea perder antes de la primera media hora de juego es un paso adelante.
Y lo cierto es que los primeros 45 minutos de partido el Cádiz fue más que efectivo. Tan efectivo que se alió con la fortuna para no estar fuera del partido en el primer cuarto de hora. Un tiro al palo de Griezmann y otra ocasión fallida del galo dejaban con vida a un equipo gaditano que salió con ganas pero sin convencimiento.
Pasadas esas oportunidades, Ledesma y sus chicos se vinieron arriba. Un poco. Nada mas. Es lo suficiente para doblegar a un Atlético que da pena lo que tiene y lo que da. En definitiva, es la Liga española.
El Cádiz, repleto de actores secundarios, fue viniéndose arriba paulatinamente. A medida que el Atlético fue de más a menos el Cádiz se vino de menos a más. Bien organizado, con tres centrales, dos carrileros y con el guapo subío los de amarillo se lo creyeron tanto que dieron la voz de alarma en el Wanda. Corría el minuto doce y el Cádiz, como el que no quiere la cosa, se adelantaba en el marcador gracias a un error arbitral que se deja en el olvido el árbitro después de una falta de Zaldua sobre un rival que la jugada sigue con la fortuna que la jugada acaba en un centro magnífico de Chris Ramos que acaba rematando a gol Lucas Pires tras un error en cadena de la defensa colchonera.
Se adelantaba el Cádiz con mucho orden y concierto. Además, más allá de desorganizarse, los de Sergio se tensaron más. Mucho más. Y el conjunto rojiblanco, cariacontecido, ni se lo creía. Y mientras los del Cholo se lo pensaban lanzaba Conan un saque en largo mal peinado por Azpilicueta, gran vino, que aprovechó Roger para hacerle una vaselina a Oblack para sorprender algo más en el Metropolitano.
Estaba la cosa tranquila, controlada. Y como buenos gaditanos, los de Sergio se relajaron. Y los de la capital se aprovecharon de los de siempre, de los del sur. Antes del descanso, el once rojiblanco se puso manos a la obra y encauzó el tema. Un pase en profundidad de Molina a Correa que el argentino taconeó a Llorente, para Ledesma, y Nahuel vuelve a rematar para empatar el partido pese a la oposición de Javi Hernández.
Con las tablas en el marcador, el Cádiz se hundió. Y pese a hundirse, a los de amarillo le cogieron en un contragolpe nada más iniciarse la segunda parte. En concreto, fue una contra mortal fabricada por Griezmann que abrió a Saúl y este centra a Correa para que el campeón del mundo la empujase a gol.
El Cádiz, casi sin ventanas, ya de cambios, estaba contra todo. Y se echa mucho atrás. Muy atrás. Demasiado atrás ante un equipo entrenado por Simeone. Por eso molesta un poco que volviera a ser Griezmann el que abriera otra contra para Nahuel Molina, que no Saúl, para que el argentino se la diera a Lino y este a Correa para terminar de liquidar a un Cádiz que dio la cara.
