Cádiz CF
El Cádiz CF, ante la dura realidad de su verdad
La plantilla de Garitano carece de toneladas de experiencia en una temporada que va camino de complicarse
Garitano, pensativo.
El Cádiz CF de Gaizka Garitano se cae jornada a jornada. Lleva cuatro sin marcar un solo gol y cada partido es un el vivo ejemplo de la desesperanza porque casi que ni tira a puerta. A los tres empates consecutivos ante Granada, Andorra y Valladolid le ha seguido un varapalo mayor, la goleada encajada en el campo de un Almería que solo fue superior con creces tras el segundo gol que llegó después de que los árbitros anulasen la parada de Víctor Aznar por algo que vieron desde los monitores y el cadismo se perdió. Pero a pesar de ese infortunio injustificado, el cabreo de la hinchada amarilla con el juego de su equipo hace que no sea excusa esa grosería arbitral tras el paradón del meta ítalobrasileño que el año pasado formaba parte del filial de Segunda Federación. Por ahí vienen los problemas. Por ahí.
Porque el Cádiz CF de Garitano se plantó en el verde del Juegos Mediterráneos con un equipo bisoño, joven e inexperto se mire por donde se mire. Porque a Suso, por mucho que lo intente, no se le puede pedir que soporte la enorme carga que debe soportar para que el equipo no termine de hundirse. El jugador gaditano, en la recta final de su carrera, es un crack auténtico de la categoría pero ningún jugador que sobrepase los 30 tacos puede asumir la responsabilidad de hacer volar a un globo carente de oxígeno.
Si se repasa los jugadores que se enfrentaron al Almería, una de las mejores plantillas de Segunda, se podrá comprobar que bastante está haciendo el entrenador vasco con lo que tiene entre manos. Si se echa la vista atrás se podrán recordar las propias palabras de Garitano nada más empatar en Anoeta ante el filial de la Real Sociedad, donde se logró un punto gracias a la actuación milagrosa del recién llegado Tabatadze. Antes de la irrupción del georgiano, los canteranos txuri-urdin le dieron un auténtico repaso a los hombres de amarillo. No obstante, había justificación, la que dio el entrenador cadista en la posterior rueda de prensa con unas declaraciones que escocieron a algún que otro seguidor del conjunto gaditano.
Garitano, al ser cuestionado por el baile que había recibido su equipo durante la práctica totalidad del encuentro, se defendió argumentando una verdad como un camión de grande. El bilbaíno vino a decir que comparando plantilla con plantilla la suya no es que fuera muy distinta a la del filial realista si se apreciaba la edad media de los jugadores de cada equipo. Y sí, llevaba razón. Y no solo en eso, sino también en la procedencia de los futbolistas.
Veamos. Dentro del once que Garitano sacó de inicio ante el bando indálico se encontraban dos jugadores que en el anterior ejercicio comenzaron con ficha de Segunda Federación (Víctor Aznar y Moussa Diakité); uno de la Segunda División de Bélgica (Caicedo); cuatro de Primera Federación (Climent, Recio, Pelayo y García Pascual); y uno de un Segunda A que descendió a Primera RFEF (Diarra). Junto a ellos, Suso, Ocampo y De la Rosa, que bien podría haber jugado en el Cádiz B que no hubiera pasado absolutamente nada. Después, en la segunda parte entraron uno proveniente de un Segunda A que descendió a Primera RFEF (Ortuño); otro de Tercera RFEF (Efe Aghama); y otro de Segunda RFEF (Dawda Camara); más Roger y Álex, que bien podrían haber cogido el mismo camino de los Sobrino, Alcaraz, San Emeterio y compañía que no hubiera pasado absolutamente nada.
Así las cosas, que el Cádiz CF de Gaizka Garitano se encuentre en puestos de 'play off' es un auténtico milagro cosechado por un entrenador al que ya muchos comienzan a discutir. Sin embargo, lo cierto y verdad es que este Cádiz CF se encuentra ante la dura realidad de su verdad, esa que bien podría ser una gran mentira.
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