Cádiz CF

Ni tan buenos ni tan malos

La derrota en San Mamés no debe opacar un gran inicio liguero acorde al objetivo final del equipo

Sergio González y el banquillo cadista, en San Mamés Agencias

Pablo Vallejo

Que el partido del Cádiz en San Mamés fue tremendamente malo es algo que todos los sectores del cadismo ya saben. Los amarillos fueron superados en absolutamente todas las facetas por los de Ernesto Valverde, que anotaron tres goles, pero que bien pudieron haber profundizado mucho más en la herida vasca de los de Sergio González. Algunos dicen que despropósito y, otros, que se trató simplemente de un necesario baño de realidad. Ni la una ni la otra. Un duelo nefasto, sí, pero hasta ahí. Porque el conjunto gaditano, a pesar del ilusionante inicio liguero que lo ha colocado durante el parón en posiciones europeas, nunca ha mirado más allá del verdadero objetivo de este equipo: la cuarta permanencia consecutiva en la máxima categoría del fútbol español.

Y claro que se puede hablar de mal planteamiento por parte de Sergio González. Pero el éxito en el fútbol a veces está en un milímetro, en un sutil detalle. Porque después de una hora de partido de horroroso nivel futbolístico, el técnico fue valiente, lejos de su posición conservadora habitual, y dio entrada a toda la artillería pesada: Darwin Machis, Robert Navarro y Maxi Gómez. Un elenco de futbolistas de sobrada calidad que a punto estuvieron de poner al Cádiz por delante en San Mamés. Desborde del catalán y un pase perfecto que el charrúa no supo aprovechar. Una ocasión que pudo cambiar el signo del encuentro. Un minuto después, Ledesma no mide bien en un centro de Óscar de Marcos y facilita el remate a placer de Guruzeta. Sin apenas tiempo para asumir el tanto recibido, Villalibre puso el segundo tras un error grosero en el despeje de Escalante.

La delgada línea entre el no acierto de Maxi y el sí acierto de Guruzeta. Por eso, el fútbol, no siempre se puede analizar correctamente y sus opiniones alrededor de él son tan diversas. También está claro que, y a toro pasado es muy fácil decirlo, que se echó de menos una figura como la de Fede San Emeterio sobre el césped de San Mamés. Un perfil corrector y que hubiera obstaculizado la libre circulación de Sancet en los espacios interiores. Un futbolista más acertado en la recuperación y en el siempre tan importante pase de seguridad. Una faceta del juego que el Cádiz debe dominar para duplicar su oportunidad de éxito en escenarios como el de ayer, ante equipos valientes, de laterales ofensivos y que el no finalizar la jugada les suponga un gran problema a la hora de replegar.

Sin duda, una actuación pésima en San Mamés que, ni mucho menos, debe opacar el gran inicio liguero que están protagonizando los amarillos. Quizás, por eso de los siete puntos de doce posibles con los que se llegaban en la previa, es el motivo de la sensación de desastre generalizado en el cadismo cuando en otras temporadas un choque similar se hubiera visto como normal. Frustrante, al fin y al cabo, pero dentro de los planes.

Por eso, todos los sectores que rodean al cadismo deben ser sensatos y maduros, y analizar que este Cádiz está tremendamente bien trabajado. Otra cosa no puede explicar que se hayan conseguido resultados de tanto valor a pesar de que jugadores como Escalante, Sobrino o Roger Martí están lejos de su mejor versión. Porque la principal virtud del equipo amarillo está en lo coral. En los automatismos y en ir todos a una. Y al cadismo no se le puede olvidar cómo se han logrado las anteriores permanencias y el sufrimiento que ha habido detrás de ellas. De hecho, este verano es el primero en el que, al fin, las cosas parecen haberse hecho de forma positiva. Y que Sergio González tampoco tiene culpa que su principal elemento ofensivo, que dejó una exhibición ante el Villarreal, sea convocado por Venezuela y se cuele en el partido con tan solo un entrenamiento con el grupo.

Por todo ello, el cadismo no puede ni debe olvidar que el objetivo es, nada más y nada menos, que una nueva permanencia. La cuarta consecutiva para los amarillos. Que si después las cosas se hacen bien y se puede mirar a otros lares, nadie dijo miedo. Pero lo primero es lo primero. Actualmente, son siete puntos de quince posibles, una dinámica tremendamente positiva y acorde para lograr la salvación. A este ritmo, en la jornada 30 ya se habrían conseguido hasta 42 puntos, una cifra que ha bastado en las últimas campañas para continuar en la máxima categoría. No hay que salirse del foco, no hay que mirar más allá del próximo encuentro: el Real Betis. Ni el Cádiz era tan maravilloso ante el Villarreal ni ahora es tan malo tras la abultada y contundente derrota en San Mamés. Simplemente, es parte del juego. Ahora, a por el Benito Villamarín ante otro equipo que ha sufrido un duro revés esta jornada.

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