Brian Ocampo, el retorno (progresivo) de una estrella

«No está para ser titular, pero sí para tener 20 o 30 minutos. Está en el proceso de ritmo competitivo». Fueron las palabras de Sergio González al ser preguntado por Brian Ocampo, el extremo uruguayo que aterrizó en el Cádiz CF el pasado curso y que, tras semanas de aclimatación, maravilló a los espectadores del campeonato liguero con sus diabluras por el costado izquierdo. Sin embargo, una lesión del ligamento cruzado anterior y un moderado edema óseo en cóndilo femoral externo y meseta tibial de la rodilla derecha se interpuso en el camino del charrúa, que tuvo que parar en el mes de febrero para volver con más fuerza.

La espera se ha hecho larga. El equipo consiguió el objetivo el curso pasado de forma medio tranquila gracias, en parte, a que Thèo Bongonda subsanó la ausencia creativa y cualitativa del uruguayo en los últimos metros. El internacional por la República Democrática del Congo hizo olvidar la lesión de Ocampo. Pero el de Charleroi ahora vive la experiencia rusa y, la intermitencia de Darwin Machis, unida a los pocos frutos que ha aportado hasta el momento Robert Navarro, hacen que el cadismo se acuerde de un hombre que es sinónimo de ilusión e ilusionismo.

El último encuentro oficial del uruguayo con los amarillos fue el 19 de febrero en el Camp Nou. Una semana antes había hecho con la defensa del Girona lo que le había dado la gana. Dos antes, protagonizó una asistencia asombrosa a Gonzalo Escalante en San Mamés. Tres antes, demostró el motivo por el que muchos espectadores pagan una entrada en otra exhibición ante el Mallorca en la que los de Sergio González se impusieron por dos goles a cero. Un jugador de cita mágicas que tuvo que frenar aquel 19 de febrero y que, como si de un imán se tratase, volverá al ruedo en otra cita mágica para los amarillos: ante el Real Madrid.

Su proceso de vuelta se ha ido cociendo a fuego lento. Sin prisas. Con el tiempo suficiente y necesario para que el futbolista adquiriera confianza en su rodilla tras una lesión de tal magnitud. Durante el parón ya tuvo minutos en el amistoso ante el Atlético Sanluqueño y frente al Real Madrid, al menos, se sentará en el banquillo y podrá volver a sentirse futbolista. Eso sí, el cadismo no puede exigirle al uruguayo un nivel similar al ofrecido justo antes de la lesión. Ocampo necesita aclimatarse progresivamente al ritmo competitivo y, por encima de todo, confiar en su rodilla al mismo tiempo que va cogiendo sensaciones. Si el proceso no falla, el mejor Brian Ocampo estará de vuelta antes de lo que todos esperan. Una gran noticia para Sergio González, para el frente de ataque y para la producción ofensiva amarilla.