Editorial

'Okupa the UK'

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Ya saben ustedes que es más temible un tonto que un malvado y en esto de los brindis al sol existe un excedente de cupo de tontos/m2 por estas tierras. Parafraseando la célebre sentencia, uno podría cruzar España saltando de tonto en tonto. Vamos, que no cabe un tonto más y no son más tontos porque Dios dijo «basta». Cierto es que hay mucho Molt Listo, igualmente, (haberlos, haylos) pero son más peligrosos los otros. El afán de notoriedad, su deseo de copar primeras páginas (o vigesimoprimeras), hace que, como diría con voz profunda Félix Rodríguez de la Fuente, «el tontus hispanus andalucensis salga a cazar con las primeras brumas de la tarde, a la búsqueda de una incauta presa».

Al grano. Ayer me desayuné con la noticia de que Diego Cañamero, del Sindicato Andalú de Trabajadores (S.A.T.) anunció en rueda de prensa informal (concretamente, en su facebook, con copia a twitter) que a finales de agosto procederá a ocupar el Peñón de Gibraltar junto a sus huestes. Oigan, dice Cañamero -para que se entere Victoria desde ya (Victoria Beckham, se refiere)- que el 29 de agosto a las 11.00 horas o´clock, pasará la aduana y el control de la Guardia Civil (caminera y opresora) y se introducirá con el pasaporte en la boca en el falso United Kingdom (lo del UK lo pongo yo en su boca, él diría «la pérfida albión»). 'Okupa the UK' será el eslogan. Sus motivos son dignos de encomio: denuncia la existencia de paraísos fiscales, pide el desmantelamiento de la base militar de la colonia, exige la defensa de la pesca artesanal campogibraltareña y solicita la supresión de la frontera. 'El Peñón, andaluz', dice Cañamero. ¿Andalú? (Ya la cagó) ¿Y por qué no linense, o alcalaíno, u oscense, o sabadeleño? El Peñón, del que lo trabaje, diría Pedro «Díaz». Ése sería también un buen argumento.

Es el problema de la politización de los tontos, que destruyen una buena iniciativa, una intención adecuada, con su propia estupidez y cortedad de miras. Ya les digo yo un mes antes lo que sucederá el 29 de agosto. En el dudoso caso de que Cañamero & Friends consigan entrar en Gibraltar (la patata caliente para la Benemérita, una vez más) se encontrarán allí un panorama nada halagüeño, lo que viene siendo la Royal Navy. Un ejército a prueba de tontos. Tipos con metralleta que tardarán media milésima de segundo en arrestar, expulsar y/o encarcelar a nuestros Joviales Okupadores de Peñones (J.O.P.). Una clara muestra de fascismo latifundista, claro está, pensará Cañamero. Pero de eso trata el juego de los brindis al sol: cuanto más ruido, más nueces. Y él, encantado de haberse conocido.