Desiré Pérez abandonó ayer la vivienda que ocupó en el Cerro del Moro. :: A. V.
CÁDIZ

La mujer que ocupó la casa del Cerro del Moro se marcha

Desiré Pérez se ha ido a la vivienda de un familiar mientras se gestionan los trámites del alquiler social que le ha ofrecido el Ayuntamiento

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Poco más de dos semanas ha permanecido Desiré Pérez en la vivienda de la calle Grazalema a la que se había agarrado como un clavo ardiendo. Un par de días después de que su inquilino falleciera, no se lo pensó dos veces y como otros ya lo hicieran antes, pegó una patada al portón y se instaló con sus dos hijos de tres años y medio y ocho meses. La ausencia de ingresos, de oportunidades laborales y la falta de esperanzas le hicieron dar el paso y cruzar la delgada línea que separa la propiedad pública de la privada y ocupar la casa. Tras dos semanas viviendo en este piso de la barriada del Cerro del Moro, Desiré Pérez decidió ayer abandonar de forma «voluntaria» este inmueble antes de que llegara el juez con la orden del desalojo forzoso. A su marcha recibió el apoyo de algunos vecinos que, asomados desde sus ventanas y balcones, presenciaban el devenir de los hechos, los de una historia que se repite.

Desde el Ayuntamiento, recordaban que esta vivienda, que pertenece al registro municipal, no se iba quedar vacía puesto que ya se había adjudicado a una familia que ocupaba el primer lugar en la lista del Registro Oficial de Demandantes de Vivienda Protegida, elaborada de acuerdo con la norma de la Junta de Andalucía que unificaba este tipo de listados.

Asimismo, señalaron que trabajadores sociales tanto de la empresa municipal de viviendas Procasa como del área municipal de Familia ya han explicado a esta ciudadana los cauces legales necesarios para obtener una vivienda y los pasos que debe dar «sin necesidad de ocuparla de forma ilegal».

Finalmente, señalaron que ésta se encuentra ya en el registro de demandantes «aunque tiene que respetar los baremos y las necesidades asistenciales del resto de las familias que se encuentran en una situación similar». No obstante, desde el área de familia insistieron en que seguirán «ofreciendo ayudas y todo el apoyo necesario a esta ciudadana para intentar solucionar de la forma más rápida posible su situación». Mientras tanto, Desiré se fue a casa de un familiar con la esperanza de volver a encontrar otro clavo ardiendo al que aferrarse.