Rajoy y Rubalcaba se culpan de destrozar el Estado de bienestar

Al menos en una cosa están de acuerdo Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba: el Estado del bienestar se está deteriorando. Pero cuando se trata de buscar por qués no hay entendimiento. El presidente del Gobierno y el líder de la oposición se enredaron ayer en un juego de acusaciones cruzadas. Los socialistas sostienen que un año después de que el PP ganara las elecciones, la «inmensa mayoría» vive peor que antes. Los populares replican que no sería así de no haber tenido que enfrentarse a un déficit mayor de lo comprometido.

Ni uno ni otro emplearon argumentos desconocidos. Quizá lo novedoso fuera que Rajoy no negó esta vez la mayor. El jefe del Ejecutivo dio implícitamente por bueno lo que le echó en cara Rubalcaba: que durante su gestión se han dañado todos los elementos que hacen que a un Estado se le pueda llamar «social». Simplemente, se limitó a replicar que no es por una voluntad específica suya, como dice el PSOE, sino fruto de una mala herencia.

«Usted no puede apropiarse del Estado del bienestar ni hablar de pensiones porque estuvo en un Gobierno que las congeló -adujo-. El peor ataque al Estado del bienestar son unas cuentas insostenibles, que es lo que nos dejaron ustedes y nosotros estamos corrigiendo».

Rubalcaba había acusado poco antes a Rajoy de usar la crisis como «coartada multiusos» para diseñar una sociedad conforme a su ideología. Y citó: recortes de derechos a los trabajadores, limitaciones al poder adquisitivo de los pensionistas y encarecimiento de la educación, la justicia y la cultura. Acusó así al PP de desmontar «pieza a pieza» lo que «hemos construido entre todos» durante 30 años y prometió revertir la situación si su partido llega al poder.