CÁDIZ

Navarro Baldeweg, el maestro agradecido

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De cántabro a cántabro, la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, presidió la entrega de premios que sirvió para cerrar con una sonora ovación la VIII Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo (BIAU). El momento de mayor emotividad llegó cuando el santanderino Juan Navarro Baldeweg recibió el premio a la trayectoria profesional, a toda una vida. El hombre que ha sabido fusionar oficio y arte, lírica y prosa, recogió el galardón con un agradecimiento conmovedor aunque, curiosamente, los presentes en la sala pretendían darle las gracias por una trayectoria definida como «magistral» y «ejemplar».

Teófila Martínez basó su discurso de loa y despedida al reconocimiento a la organización por la elección de Cádiz como escenario de este «foro de reflexión y encuentro». Mostró su convencimiento en que «todo lo tratado servirá para mejorar la calidad de vida de nuestros pueblos. Los que tenemos responsabilidades públicas estamos en sus manos, por lo que les pido proyectos lógicos, estudiados y respetuosos con el ser humano, así como que intenten que se lleven a cabo y que no se queden en los cajones».

El otro protagonista de la clausura matinal en el majestuoso Oratorio de San Felipe Neri restaurado, escenario de la promulgación de la primera Constitución de la historia de España, fue el argentino César Naselli. Especialista en volver «volver habitables» los espacios, el suramericano excusó su asistencia por motivos de salud. Recogió el premio en su nombre Isabel Moisset.