En el establecimiento se ultiman los detalles para que todo luzca perfecto. :: VICTOR LÓPEZ
CÁDIZ

Ensayo general en el Atlántico

Los 60 trabajadores se afanan en cerrar los últimos detalles de mientras que Paradores y Ayuntamiento urbanizan el borde del nuevo paseo El hotel recibirá los primeros huéspedes el viernes, como rodaje previo a la apertura, fijada para el 1 de septiembre

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Imposible apartar la vista. Bien sea por el contraste en el espacio, por la altura, por la arquitectura contemporánea o por el trabajo a destajo que se aprecia; pero no hay quien pase por González Tablas sin echar una ojeada al nuevo Atlántico. El Parador de Cádiz deshoja un calendario con fecha límite marcada y el esfuerzo porque esté en perfecto estado de revista es más que evidente. Ayer mismo, y con la mayor parte del mobiliario ya en su ubicación, el trabajo se afanaba en el paisajismo. Especies de plantas y árboles, como olivos, eran introducidos en el impresionante 'hall' del hotel para ser distribuido en espacios interiores y exteriores.

En esa labor se afanaban con diligencia entorno a 60 trabajadores que ya se han reincorporado a sus puestos de trabajo. Con una amplia experiencia a sus espaldas, pero en un espacio totalmente contemporáneo (lejos del antiguo Atlántico), los empleados trabajan en la limpieza, decoración y comprobación del hotel. Así mismo, lo explicó el director del Parador, Eduardo Oriola, encargado de coordinar estos trabajos previos.

El interés se centra en conseguir realizar el mejor rodaje al establecimiento, antes de que abra oficialmente el próximo 1 de septiembre. Para ello, desde el propio Oriola, como empleados del hotel se han quedado a dormir en las instalaciones para comprobar que el funcionamiento es perfecto. A probar está que detalles como el aire acondicionado, la luminaria o los inodoros funcionan. Precisamente, con esa idea, el Atlántico recibirá el viernes sus primeros huéspedes. Sin embargo, como deja claro el propio director, «no será una apertura». Se trata de invitar a clientes o empresas de confianza para que certifiquen la marcha de las instalaciones. Una vez superado este tiempo, el Atlántico estará preparado para alojar de forma oficial a sus primeros huéspedes en una reserva para los primeros días de septiembre que está totalmente agotada.

El Parador ofrece un total de 124 habitaciones (18 de ellas, junior suites) en una distribución de espacios donde la luz, y los espacios comunes son los absolutos protagonistas. En la planta baja el impresionante hall (de 350 metros cuadrados), comparte espacio con los salones (con la recuperación del mítico Salón Caleta), el restaurante y el bar tapería (unos 1.000 metros cuadrados de salones y 550 de zona de restauración). Eso lo convierte en el Parador con el espacio destinado a restauración más grande de toda la cadena nacional. En el siguiente nivel, la entreplanta, un pequeño salón servirá para eventos y exposiciones. Ya en la segunda planta se encuentra el spa. Y es que el hotel cuenta con cinco piscinas (cuatro en exterior y una en el interior). A partir de la tercera planta y hacia arriba, es la zona de habitaciones.

Todos estos espacios ya están terminados, a falta de detalles. Mientras, los trabajos se centran en el exterior, en el paseo junto al mar. Este espacio ganado a la ciudad (gracias al retranqueo del hotel) hará transitable todo el borde marítimo desde el Parque Genovés al Campo de las Balas. Para ello, Paradores (en conjunto con el Ayuntamiento) se está encargando de nivelar y urbanizar el terreno para unirlo a la zona de Santa Bárbara ya terminadas. Últimos retoques para un Atlántico en rodaje y, que bien pronto, pasará a ser una realidad tan tangible como digna de disfrutar.