Tribuna

Centroamérica: matar mujeres a coste cero

PERIODISTA Y ESCRITORA Actualizado: Guardar
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Las cifras de mujeres asesinadas en América Latina por el simple hecho de serlo, van en aumento. Las condenas y detenciones de los asesinos son escasas y ni la sociedad civil, ni los políticos, ni los jueces acaban de implicarse. La última, la periodista mexicana, Regina Martínez de la revista Proceso.

Regina, periodista de larga experiencia, fue asfixiada en la bañera de su casa. Estaba especializada en la inseguridad y narcotráfico. Un total de 91 informadores han muerto o desaparecido en este país desde el año 2000, según la ONU. Informar de lo que ocurre es letal.

La palabra 'feminicidio' todavía no figura en la Real Academia de la Lengua Española sin embargo tras ella se esconden miles y miles de asesinatos a mujeres. Guatemala, El Salvador, México u Honduras encabezan las tristes estadísticas pero desde el sur de Estados Unidos hasta la Antártida se trabaja por visibilizar y denunciar el problema hasta el punto que países como Argentina estudia incluirlo como delito en su código penal.

Estos 'feminicidios' se llevan a cabo tanto por las fuerzas de seguridad como por los narcotraficantes. Además de vender droga, hacen negocio con la prostitución y la trata de mujeres. Centroamérica es un auténtico volcán en donde se une la pobreza, la corrupción, el narcotráfico y la muerte.

Las familias sufren, las organizaciones denuncian pero la sociedad no se implica lo suficiente. Tienen miedo. Ninguno de los candidatos a las próximas elecciones presidenciales de México lleva en su programa soluciones a dicho problema a pesar de las escandalosas cifras .

El 90% de los casos quedan impunes, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, teniendo en cuenta que una de cada tres mujeres ha sufrido algún tipo de violencia física y sexual, informa Naciones Unidas.

Guatemala, a pesar de tener aprobada una ley desde 2008 contra el 'feminicidio', es uno de los países más afectados por esta lacra. Naciones Unidas denunció el asesinato de 448 mujeres de enero a agosto de 2011 en dicho país. Navi Pillay, Alta Comisionada para los Derechos Humanos del citado organismo, se alarmaba ante el funcionamiento de la justicia. Solo se analizaron 144 casos de las 6.318 denuncias presentadas.

Pero en Guatemala, al igual que en otros países de la zona existe un segmento de mujeres que todavía sufren una doble discriminación: una por ser mujeres y además indígenas. Asociaciones civiles acusan al Estado de Guatemala de «invisibilizar» y no destinar ayuda a las víctimas del conflicto armado interno que azotó ese país centroamericano durante 36 años.

En su comparecencia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la activista Miriam de Paz Brito aseguró que las mujeres indígenas fueron las principales víctimas del conflicto.

Recientemente cinco exparamilitares guatemaltecos fueron condenados a más de 7.000 años de prisión, la sentencia más alta en la historia judicial de Guatemala, por la matanza hace casi 30 años de 256 indígenas en una comunidad rural.

La jueza Barrios manifestó que de acuerdo con los testimonios a los que el tribunal les dio valor probatorio, las mujeres fueron «violadas, torturadas y asesinadas, y además todas las víctimas fueron quemadas para asegurarse los autores su impunidad».

En estos momentos varias periodistas mujeres guatemaltecas se encuentran asiladas en otros países por denunciar estos ataques, como por ejemplo la periodista Lucía Escobar, directora de Radio Ati, que comenzó a recibir amenazas tras publicar el artículo 'Limpieza Social'.

En Honduras, tercer país en muertes violentas de mujeres tras Guatemala y El Salvador, los casos de 'feminicidio' se han incrementado severamente tras el golpe de Estado de 2009. Según el informe 'Feminicidio en Honduras 2011: impunidad un grito sin respuesta' en dicho año aumentaron un 62% dichos delitos. La periodista Luz Marina Paz Villalobos de 38 años de edad fue acribillada el pasado diciembre.

Pero a nivel mediático sigue siendo México el que acapara todas las portadas. En los últimos 25 años dicho país ha sufrido 34.000 asesinatos de mujeres, simplemente por el hecho de serlo y solo un 7% de ellos han sido castigados.

Las periodistas que han intentado denunciar esta situación son ferozmente atacadas. Elisabeth Macías, jefe de redacción de Primera hora fue degollada el pasado septiembre. Días antes Marcela Yarce de Contralínea y Rocío González de Televisa fueron asesinadas por asfixia. Sus cuerpos aparecieron desnudos en un parque y otras como Rosa Isela tuvieron que exiliarse, tras denunciar los crímenes contra mujeres en Ciudad Juárez.

Junto a ellas, numerosos compañeros caen a diario. Los últimos, el reportero René Orta en México y Alfredo Villatoro en Honduras.