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La plantilla del Grupo Jale denuncia que lleva cuatro meses sin cobrar

Los empleados que trabajan en las oficinas de Inverluna y Amuerga están a la espera de que el juzgado resuelva el ERE para poder ir al paro

EL PUERTO. Actualizado: Guardar
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Los trabajadores de las oficinas centrales del Grupo Jale llevan cuatro meses sin cobrar sus salarios. Las empresas por las que están contratados, Inverluna SL e Inmobiliaria Amuerga SL se encuentran en concurso voluntario de acreedores desde 2008. El pasado 28 de marzo, la plantilla firmó un Expediente de Regulación de Empleo extintivo para poder cobrar el desempleo y buscar un nuevo trabajo. Pero los trámites no avanzan y la mayoría de los empleados están subsistiendo con la ayua de sus familiares.

«Teníamos la esperanza de que el ERE fuera la forma más rápida de acabar con esta injusta situación. Pero a día de hoy, aún no ha sido tramitado por el juzgado». La plantilla ha enviado un comunicado de prensa a los medios en el que explican que los administradores concursales les emplazan que acudan al Fondo de Garantía Salarial para cobrar tanto la indemnización por despido como las nóminas pendientes. «Pero el Fogasa solo cubre cinco meses de sueldos impagados, por lo que estamos a punto de sobrepasar ese límite y perder el resto de nuestro dinero».

Igual que Duques de Medinaceli

Cabe destacar que esta situación es muy similar a la que atraviesan los quince empleados del hotel Duques de Medinaceli, que perteneciera al Grupo Jale (ahora a Grupo Urbas) y que también está bajo la administración concursal y a la espera de que se resuelva su ERE, ya que tampoco están cobrando sus sueldos. En el caso de las oficinas, el impago de salarios, según los trabajadores, se arrastra desde la llegada de los nuevos administradores concursales, que fueron designados por el Juzgado de lo Mercantil número 1 en sustitución de los anteriores, que fueron destituidos por presuntas irregularidades. «La situación en la actualidad es dramática para muchas de las familias afectadas, ya que muchas de ellas dependen de este único sueldo para su sustento o han de pedir ayuda a sus familiares para poder cubrir sus necesidades básicas e impedir embargos o impagos».

«Y todo esto, disponiendo de efectivo en las cuentas que permitirían cubrir las nóminas pendientes y ante la pasividad no solo de los propios administradores concursales sino del juzgado y de los administradores actuales de las sociedades, el Grupo Urbas y José Antonio López Esteras», expresidente del Grupo Jale.

Por otro lado, la plantilla asegura que la política de austeridad impuesta por los nuevos administradores concursales no afecta solo a las nóminas, sino también a otros servicios básicos como la electricidad. «Hace dos semanas sufrimos un corte por impago que nos tuvo un par de días sentados en el patio de la oficina sin poder hacer nada. Tampoco hay limpieza en las instalaciones, y se pueden imaginar cómo están los cuartos de baño después de tres meses sin limpiarlos. Tampoco disponemos de agua corriente».

Los empleados señalan que durante los últimos meses han optado por mantener una actitud pacífica y conciliadora. «Pensábamos que la diplomacia y la buena fe de todas las partes implicadas provocarían la pronta solución de todo este sinsentido, pero la situación actual ya es lo bastante dramática como para no querer dilatarla más». La gestión que José Antonio López Esteras ha hecho de su patrimonio también tiene una réplica con el hotel Monasterio, que cerró sus puertas hace tres semanas. La plantilla ha lanzado un mensaje de tranquilidad tras el compromiso de BBVA, propietario del inmueble, a recolocarlos cuando un nuevo operador hotelero se haga cargo de las instalaciones. Tras una reciente reunión, el comité de empresa aseguró que hay diez inversores interesados en el hotel.

Recursos al desahucio

Por su parte, Hoteles Jale presentó ayer dos recursos de reposición al desahucio del Hotel Monasterio. Según un comunicado de la empresa, «dichos recursos pretenden que sean considerados los intereses legítimos, seguido por BBVA Renting SA contra Hoteles Jale SLU y del Hotel Monasterio San Miguel».