Recreación del robot, que desaparece tras años de servicio. :: REUTERS
Sociedad

El Spirit dice adiós a Marte

La Nasa anuncia la 'muerte' del robot, uno de los dos que tiene en el planeta y protagonista de cientos de descubrimientos

MADRID. Actualizado: Guardar
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Tenía una esperanza de vida de apenas 90 días pero durante más de seis años se convirtió junto a su gemelo Opportunity en los ojos de la humanidad en el Planeta Rojo. Ayer, la Nasa anunciaba oficialmente la 'muerte' del Spirit, varado en un banco de arena tras perder el movimiento de dos de sus seis ruedas y con el que no había podido comunicar desde hace 14 meses.

Desde el pasado mes de marzo los ingenieros de la agencia espacial han realizado diversos intentos por restablecer el contacto con el robot, pero sus llamadas no han obtenido respuesta. La hipótesis que se maneja es que, carente de suficiente energía para calentarse, el invierno marciano podría haber dañado sus circuitos internos al someterlos a temperaturas de hasta 50 grados bajo cero. «Con insuficiente energía para mantener en funcionamiento sus calentadores es probable que las temperaturas en el interior del aparato explorador fuesen demasiado bajas», señala el comunicado de la Nasa.

El 4 de enero de 2004 el Spirit aterrizó en Marte. Apenas 15 minutos después enviaba su primer mensaje a La Tierra para confirmar que todos sus sistemas se encontraban operativos. «¡Hemos vuelto!», fue el grito de júbilo que se escuchó dentro de la sala de control de California. Veinte días después el Opportunity repetía la maniobra con idéntico éxito.

La llegada de ambos robots al Planeta Rojo supuso un éxito para la Nasa, que había visto como 24 de sus 32 misiones anteriores con este destino se habían saldado con sonoros fracasos y apenas un año antes había vivido la explosión del Columbia cuando reentraba en la atmósfera terrestre. No era esta aún así la primera vez que se alcanzaba este objetivo. La Nasa lo consiguió con las Viking I y II (1976) y la Pathfinder (1997), mientras que los soviéticos hicieron lo propio en 1971 con la Mars 3, con la que se perdió la comunicación apenas unos segundos después de tocar suelo.

Agua en Marte

Del tamaño de un carrito de golf, para realizar sus experimentos el Spirit contaba con un completo laboratorio portátil, integrado por un brazo mecánico para manipular objetos, cámaras y distintos utensilios para el análisis de las muestras recogidas. Entre los logros del robot, que envío decenas de miles de imágenes, se encuentra el haber contribuido a hallar indicios de que hace millones de años el agua pudo recorrer la superficie marciana y de que esta habría registrado temperaturas mucho más cálidas que la actuales, lo que permite albergar esperanzas de que la vida pudo existir en Marte. En su periplo llegó a ascender una pendiente de 82 metros -equivalente a la Estatua de la libertad-, un esfuerzo que llevó 14 meses pero que le permitió realizar desde lo cima de la que se bautizó como colina Husband la que es una de las panorámicas más espectaculares del planeta.

El Spirit ya había dado señales de debilidad en otras ocasiones en forma de silencios no programados, envío de datos sin sentido o fallos temporales en sus mecanismos, aunque ante la sorpresa de sus ingenieros siempre había conseguido recuperarse. La suerte también le sonrió a través del viento marciano que inesperadamente le sirvió para limpiar de polvo la superficie de las placas solares mediante las que se alimentaba. Esta vez parece que su silencio es definitivo pero ha cumplido su misión con creces. «Han convertido la ciencia ficción en realidad, y llevado a la gente a un lugar que no habrían podido imaginar en toda su vida», dijo sobre ambos robots el exjefe de ingenieros del proyecto, Jake Matijevic.