Editorial

Zapatero aclara

Tras los equívocos sobre la izquierda 'abertzale' prevalece la doctrina Rubalcaba

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La sesión de control de ayer en el Senado fue el marco elegido por el presidente Rodríguez Zapatero para despejar dudas respecto a su declaración de que «los movimientos de la izquierda 'abertzale' no quedarán en balde», palabras pronunciadas en la misma comparecencia en la que dio cuenta de la remodelación del Gobierno. El presidente nos hubiese ahorrado los equívocos suscitados respecto a las intenciones que albergaba con la frase pronunciada hace dos semanas si de inmediato la hubiera precisado como lo hizo ayer, advirtiendo de que los gestos de los herederos de Batasuna «ni valen ni sirven», aunque «pueden tener consecuencias». La afirmación de que el Gobierno no se deja llevar por prisa alguna en la estrategia que persigue acabar con ETA y las palabras con las que el presidente respondió a la autorizada pregunta de la senadora de UPN María Caballero, hija del concejal pamplonés Tomás Caballero, asesinado por ETA, negando que persiga otro objetivo que el que puedan asumir todas las formaciones democráticas, devuelven la cuestión al ámbito de la responsabilidad de Estado. Ante el Senado, Zapatero se remitió a la doctrina expuesta tantas veces por Rubalcaba sobre la condición que debe cumplir la izquierda 'abertzale' para volver a la legalidad: o consigue que ETA desaparezca o rompe con la banda terrorista. Algo a lo que el presidente en pocas ocasiones se había referido con semejante rotundidad. Puede que en el transcurso de unos cuantos días la percepción que los socialistas más esperanzados llegaron a tener de que la evolución del mundo radical había entrado en una vía rápida se haya disipado. Lo cual invita a pensar que tan difícil es que la banda terrorista decida abandonar las armas como que, si no lo hace, la izquierda 'abertzale' rompa ostensiblemente con ella. En este sentido, nada más esclarecedor que el reproche dirigido por la Audiencia Nacional a la defensa de Arnaldo Otegi, cuando rechaza la puesta en libertad del líder de Batasuna señalando que referirse al «devenir de los acontecimientos políticos» constituye un «lenguaje ciertamente críptico y de difícil comprensión», carente del más mínimo valor jurídico. En realidad se trata de la misma carencia que afecta a la credibilidad de la izquierda 'abertzale', de la que las instituciones han de evaluar sus hechos sin dejarse llevar por supuestas intenciones o por el enredo que oculta una palabrería vacía.