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La locura del 'Tea Party'

El triunfo de un discurso ultraconservador que pronto empezará a seducir a la derecha europea neocon

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El 'Tea Party' puede prestarse a la caricatura, pero en Estados Unidos no frivolizan precisamente con su irrupción en la escena política. La simpatía del 20% de la población es algo más que un fenómeno anecdótico de populistas aventureros sobre el descrédito del 'establishment' tradicional. No se trata de 'outsiders' tipo Gil o Cicciolina, aunque también su discurso antisistema pueda resultar delirantemente casposo. La candidata estelar de Delaware, que no ha resistido toda la campaña, dejó instantes asombrosos: «¿Sabéis qué? La evolución es un mito»; «Durante las primarias escuché la voz de Dios»; «No basta con la abstinencia sexual si no incluye la abstinencia sexual con uno mismo»; «América es ahora una economía socialista». Los mensajes básicos, duros, amenazantes, antisistema, evangélicos, han dado alas al 'lobby' ideológico. Pero si el 'Tea Party' se ha convertido en la nuez del debate político es por la amenaza de fagocitación del Partido Republicano tras ganar unas cuantas primarias. La seducción de su discurso ultraconservador ya está radicalizando a los republicanos que temen una sangría por ese flanco; líderes como McCain han renunciado a la moderación y otros como Boehner desempolvan todo su arsenal. Hoy el peor resultado ya es un gran resultado.

Las 'midterm elections' para renovar las cámaras a mitad de mandato se prestan siempre al voto de castigo contra la Casa Blanca. Esta vez, además, la crisis proporciona un caldo de cultivo óptimo para el discurso contra el Estado y sus impuestos, incluso siendo obvio que EE UU aún paga muchas facturas de Bush, las guerras de Irak y Afganistán, el Katrina o el plan de saneamiento de Wall Street. Sin embargo, el alegato de América convertida por Obama en una economía socialista ha funcionado. Sin duda Obama es el icono clave para el imaginario del 'Tea Party', cuyo éxito debe mucho al retrato de un comandante en jefe 'africano, musulmán, socialista' explorando los demonios del alma americana. Tratan de convertir la presidencia de la esperanza en la presidencia del miedo. Lanzar a Sarah Palin en 2012 sería un triunfo, pero ya lo es destruir la ola del 'yes we can'. Para eso han invadido la agenda republicana con un discurso ultraconservador que pronto empezará a seducir a la derecha europea neocon. En España, Esperanza Aguirre ya se ha apuntado-demonizando la inmigración o el islamismo, y por supuesto también el cambio climático, desde los linderos del integrismo religioso. En el 'Tea Party' han denominado su aventura 'Restaurar el Honor'. Hace tres días, una manifestación en el Mall de Washington, promovida por John Stewart y Stephen Colbert, daba respuesta a esa locura del 'Tea Party' con el lema 'Restaurar la Cordura'.