Paradoja sindical

La conmemoración del 1º de Mayo a pocas horas de que la Encuesta de Población Activa certificase la dramática cifra de 4.600.000 parados situó a los líderes de UGT y CC.OO ante la paradoja que supone reclamar la creación de empleo sin ceder el mínimo margen de maniobra a los empresarios. El lema unitario de las centrales sindicales que recorrieron las calles de España reivindicando: «Empleo con derechos y garantía de las pensiones» parece ignorar que el primer derecho de un trabajador es a tener un puesto de trabajo y que la garantía de las pensiones del futuro se descansa en una fuerte población activa. Pero la resistencia sindical a pactar una reforma laboral que flexibilice la contratación y la derivación de las responsabilidades por la sangría del desempleo hacia el Gobierno, las entidades de crédito y los empresarios supone rehuir su propia responsabilidad. El movimiento sindical no puede alertar del riesgo de llegar a los cinco millones de parados sin hacer una profunda autocrítica de la parte que corresponde a su inmovilismo que mantiene paralizado al Gobierno e impide medidas que impulsen y dinamicen el mercado laboral.