CÁDIZ

El monarca 'plebe' que se escapaba al Ventorrillo del Chato

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El pueblo le perdonaba, incluso, sus aficiones plebeyas. A Fernando VII le gustaba más la compañía (y los amoríos) de gente baja, chocarrera y de baja estofa. Cuentan que durante su 'secuestro' por parte de los liberales en la Aduana (hoy Diputación), entre junio y septiembre de 1823, se escapa algunas noches para escuchar flamenco en el Ventorrillo del Chato. También dicen que se subía a la azotea del edificio para vislumbrar de lejos a las tropas francesas de los Cien Mil Hijos de San Luis, a los que esperaba ansiosamente.