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El Ayuntamiento de Medina inspeccionará el Club Medina Park para comprobar su licencia

El Consistorio de Conil anuncia que también actuará contra el Garum cuando la resolución de Turismo sobre su uso sea firme

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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La pelota de la 'operación Toscana' lleva varios días en el tejado de los ayuntamientos donde se asientan los clubes de la familia Galán, que han reabierto tras recibir el dictamen judicial favorable tras ser acusados de explotación sexual.

El Ayuntamiento de Medina Sidonia -localidad donde se encuentra el Club Medina Park- y el Consistorio de Conil -donde está el Garum- están a expensas de que se confirme la presunta situación irregular de ambos establecimientos para sancionarlos y, llegado el caso, instar a su cierre por ejercer actividad sin la licencia adecuada a su uso.

Según explicaron ayer a LA VOZ fuentes del Consistorio asidonense, el Ayuntamiento de esta población gaditana no tiene, por el momento, conocimiento oficial de la reapertura del Medina Park, ya que para que ésta se produzca no es necesario una comunicación previa ni formal a la autoridad municipal. No obstante, fuentes cercanas al equipo de Gobierno aseguraron que «en cuanto se confirme dicha reapertura, la Policía Local hará la inspección correspondiente para comprobar que la actividad que allí se realiza se corresponde con la licencia que tienen de hotel y restaurante». Y es que ahí radica el quid de la cuestión, que la delegación provincial de Turismo cumpla su compromiso de que su objetivo prioritario es «mantener la etiqueta de hotel sólo para los negocios que abran con ese fin». Acabarían así con el limbo jurídico en el que se han movido, presuntamente, los negocios de la familia Galán durante años.

Una situación similar a la de Medina Sidonia se vive en la localidad de Conil. Desde su Ayuntamiento se reiteró ayer a este medio que siguen a la espera de que la resolución de Turismo sea «firme» para actuar.

El Club Garum, ubicado en la antigua carretera nacional 340 de este municipio costero, volvió a abrir sus puertas al público el pasado viernes, y desde entonces, con un recurso de los letrados de la familia Galán de por medio, han venido desempeñando su actividad habitual sin problemas.

Fuentes del Consistorio conileño insisten en que no intervendrán de oficio hasta el momento en que la Junta les comunique que la retirada del registro oficial de establecimientos hoteleros es «irrevocable y no recurrible».

Se da la circunstancia de que desde el área de Turismo ya se ha alertado a los ayuntamientos gaditanos que los acogen en sus términos municipales que los Galán no regentaban hoteles y que esos locales funcionaban como clubes de alterne.

De hecho, la Junta retiró de ese registro oficial un total de 18 clubes, como el conocido Vagi 69 (antiguo Don Tico) de Jerez, que en algunos casos siguen funcionando gracias a las licencias municipales.

En el caso del Garum, el Ayuntamiento de Conil respondió al oficio enviado por la jueza instructora del caso Toscana, en el que se les solicitaba información sobre el estado de las licencias y advertía de que los hoteles de la cadena Galantería eran una simple tapadera para ocultar su verdadero negocio: la prostitución, actividad sin regular y, por tanto, fuera de los comercios sujetos a autorización municipal.

Limbo jurídico

Desde el Consistorio conileño se asegura que ellos no han otorgado ninguna licencia a los Galán puesto que el local funcionaba desde hace más de 20 años gracias a una autorización lejana en el tiempo y fuera de cualquier mecanismo de control reciente.

Hasta que este embrollo jurídico se resuelva, las partes se empeñan en no dar pasos en falso. Las administraciones quieren «respetar las garantías para no tener que responder a una demanda de daños y perjuicios», y los clubes siguen abiertos al público como han estado durante años.

Su mayor amparo es que todo el mundo sabe que existen. Pero también lo sabe las administraciones, que tendrán que velar si cumplen o no la Ley.