Tito Vilanova, en una rueda de prensa con el Barcelona. / Efe
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«Quería curarme por mis hijos, aún me necesitaban»

Tito Vilanova explicó el domingo en una entrevista cómo vivió la primera operación

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El pasado domingo Tito Vilanova colaboró para recaudar fondos en la lucha contra el cáncer concediendo una entrevista a TV3, organizadora de la jornada solidaria anual llamada La Marató, en la que habló sobre su enfermedad, aquel tumor maligno en la glándula parótida que le detectaron en noviembre de 2011 y que le obligó a pasar por el quirófano en una delicada operación. La entrevista se grabó en septiembre, pero se emitió el domingo, dos días antes de que le comunicaran que se le ha reproducido la enfermedad. El documento tiene valor para conocer cómo vivió la primera experiencia de cara a intuir la fortaleza con la que vivirá la segunda.

Emocionado, confesó que sus hijos Carlota y Adrià le dieron fuerzas para luchar. “Cuando me comunicaron lo que tenía, fue un momento duro y pensé en mis hijos más que en mí. Creía que aún me necesitaban, Quería curarme por ellos”, explicó el entrenador, que entró al quirófano sin que sus hijos supieran toda la verdad. Tito relató cómo se enteró de que sufría un cáncer que le obligó a ser sometido "a radioterapia y quimioterapia. Teníamos los resultados de las pruebas y cuando fui con Montse, mi mujer, estaban allí por sorpresa los doctores del club y Pep (Guardiola) con Cris (su pareja). Entonces pensé. 'Uf, sí que está mal la cosa'”.

Vilanova recordó cómo lo encajó: "Si no hay solución, mala suerte, pensé, pero si había remedio debíamos ir rápido. Hablé con la doctora Bescós y la doctora Pàmies. Tuve suerte. Me explicaron que era una operación muy delicada. Había la opción de hacerla fuera de España o que viniera alguien de fuera pero hablé con la doctora a solas y tenía claro cómo hacerlo. La confianza que me transmitió hizo que entrara al quirófano como quien va a tomar un café en una terraza. Estaba muy tranquilo. Además, no quise que lo supieran mis íntimos amigos para que la doctora no tuviera una presión añadida el día de la operación”, recordó Tito, que se despertó “muy feliz” de la operación.

Tito afirmó que “mi posición era la más cómoda, no sé si yo hubiera aguantado al revés como hicieron mis hijos”. Y explicó cómo peleó: “Era como alguien que llega a casa cansado y se tira al sofá sin ganas de hacer nada hasta que se le quema la casa y saca todo lo que tiene para correr. Pues yo hace diez meses que corro y es como si me hubieran pasado dos o tres años".