crisis de deuda

¿Cuánto tiempo puede aguantar España sin una intervención?

El encarecimiento de los costes de financiación lastran el crecimiento e impiden la reducción de la deuda

MADRID Actualizado: Guardar
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El coste de financiación de España se está encareciendo a pasos agigantados y la evolución de la prima de riesgo no hace pensar que la tendencia vaya a cambiar a corto plazo. ¿Cuánto tiempo puede aguantar así España sin una intervención? Muy, muy poco. El reloj sigue corriendo.

La subasta de deuda a diez años que ha realizado el Tesoro español se ha colocado con un tipo de interés medio del 6,975%. El tipo de interés marginal, es decir, el que han exigido los últimos inversores que han acudido a la subasta, se ha situado en el 7,08%, con una demanda que ha flojeado (se ha situado en 1,5 veces la oferta frente a las 1,8 veces de la subasta anterior). En el mercado secundario, el interés del bono a diez año no ha llegado a esa fatídica cifra, pero la prima de riesgo coquetea con los 500 puntos básicos. Y los costes de financiación de España en plazos más cortos también son sumamente exigentes: un 5% a un año.

La gran pregunta ahora es: ¿Cuánto puede aguantar España con estos costes de financiación? Porque, como recuerda Borja Gómez, analista de Inverseguros, otros países fueron intervenidos antes de llegar a esas rentabilidades. “Quizá porque España puede tener algo más de recorrido que otros países, como Grecia, Portugal e Irlanda”, comenta. Pero no mucho más: “Posiblemente, sólo hasta finales de este año o las primeras semanas del año que viene”, afirma. “Aunque España no tenga muchas necesidades de liquidez a corto plazo, el peligro de que arrastre a otras economías puede hacer necesaria la intervención para frenar esta deriva”, apunta. Aunque, según añade, primero se intervendría a Italia, porque tiene más deuda y, tambíén, más necesidades de refinanciación. Pero la intervención no sería a través del fondo de estabilidad financiera de la Unión Europea, puesto que todavía no tiene la dotación suficiente. Tendría que ser a través de una línea de crédito provisional del Fondo Monetario Internacional. Algo que no es nuevo: es una fórmula que se rumoreó se había ofrecido a Italia. Eso sí, Gómez cree que, antes de cualquier intervención, se llevará la situación al límite. El interés del bono español a diez años puede dispararse hasta el 7,5% o el 8%.

Miguel Ángel Rodríguez, analista asociado de XTB, insiste en que España no puede estar mucho tiempo en estos niveles. Pero también cree que se llevará la situación al límite. Antes de un rescate, adopte éste la forma que adopte, en el mercado se podría observar un momento de total capitulación, de total huida del mercado de bonos, que pueda llevar los intereses de la deuda a diez años hasta el 10%. Y si España no puede aguantar mucho con estos costes de financiación es, sobre todo porque es una situación que se retroalimenta: ya están desinvirtiendo masivamente los bancos y los fondos americanos. A su juicio, España puede soportar un 7% de interés en el diez años, con los actuales niveles de crecimiento con las necesidades de financiación actual, durante unos meses. A lo sumo, un año. Menos tiempo que Italia porque, según sus cálculos, el país trasalpino, con su estructura recaudatoria, puede ir pagando el servicio de la deuda. España, no.

Santiago Carbó, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Granada, relativiza: aunque los intereses que tiene que pagar la economía española están aumentando mucho en las últimas emisiones, el coste de financiación medio aún se encuentra en un nivel razonable, algo superior al 4%. “No tenemos más remedio que aguantar estos intereses, aunque ello lastra nuestro futuro y nuestro potencial de crecimiento”, afirma. Además, provoca que la deuda pública, en vez de ir disminuyendo con los recortes, aumente, como consecuencia de sus costes asociados. Pero coincide con los otros dos analistas en que España no puede aguantar mucho tiempo con este encarecimiento progresivo de los costes de financiación. “Con una prima de riesgo de 500 puntos básicos, España ya está al borde del precipicio”, asegura Carbó.

¿Por qué no ha actuado todavía LCH.Clearnet?

En toda esta historia hay algo positivo para España: las cámaras de contrapartida no han elevado las garantías que tienen que depositar las entidades en sus operaciones de financiación con deuda española. ¿Por qué, si se supone que ocurre una vez que la prima de riesgo supera los 450 puntos básicos? Según aclara Borja Gómez, de Inverseguros, las cámaras de contrapartida calculan esa prima de riesgo no ya respecto al bono alemán, sino respecto a una cesta de las deudas más seguras (Alemania, Francia y Holanda). Para bien o para mal, los intereses de la deuda francesa han aumentando con fuerza en las últimas sesiones, lo que ha ayudado a España. El aumento de las garantías exigidas para operar con deuda española aceleraría la dinámica diabólica, como ocurrió con Italia la semana pasada.

¿Qué tiene que ocurrir para que se frene esta espiral destructiva?

Miguel Ángel Rodríguez dice que cuando se extienda de verdad a los países centrales de la Unión Europea. Y ayer a Alemania se le complicó una subasta. Para tener una referencia en mente: Santiago Carbó dice que con la prima de riesgo de Francia en los 300 puntos básicos, es decir, 100 puntos básicos por encima de los niveles actuales, el mercado se volvería loco.

Se puede llegar a soluciones intermedias, con las que sólo se gane tiempo, pero el mercado, como dice Gómez, está convencido de que la única salida, la única solución, es la monetización de deuda, una intervención masiva del Banco Central Europeo, es decir, que se convierta en el prestatario de último recurso de los Estados europeos. Su mero anuncio se convertiría en el verdadero revulsivo que el mercado necesita. Con sus actuaciones puntuales en los momentos de máxima tensión parece estar haciéndoles el juego a los especuladores.

¿Por qué no cae la Bolsa?

Pese a los problemas existentes en el mercado europeo de deuda, las Bolsas apenas caen. ¿Por qué? Se puede interpretar que los que mandan en Europa están permitiendo estas fuertes presiones a los países de la periferia por un bien superior: la unión fiscal que llegará después de la disciplina que traigan los nuevos Gobiernos. Pero a Carbó le preocupa: "El mercado de renta variable no está reflejando las tensiones y la probabilidad de que haya un accidente en el mercado de deuda derivado de que Grecia diga 'basta' o que un banco sufra un problema serio".