Vivienda

«Mi hermana y yo estamos solas en Cádiz y estaremos de okupas hasta que nos den una solución»

Las okupas de la calle Navas, en el barrio del Mentidero de Cádiz, dan su versión y piden una solución a Asuntos Sociales

Las hermanas Rocío y Ana Navas, en el bloque de la calle Navas. Francis Jiménez

Fran M. Galbarro

Rocío y Ana Navas son hermanas, tienen 31 y 37 años y cinco hijos entre ambas. Nacieron en Algeciras, pero llegaron a Cádiz siendo niñas. Su madre, ahora mayor y enferma, fue víctima de violencia de género e ingresaron en un centro familiar de la capital gaditana hace casi 20 años.

Las dos han sido señaladas esta semana por okupar, de distintas formas, dos pisos en un mismo bloque de la calle Navas , en el barrio del Mentidero. Rocío entró con un contrato de alquiler social en uno de ellos el año pasado, pero lleva meses sin pagar su parte, la luz y el agua. El propietario tramitó una orden de desahucio, pero, lejos de solucionarse, el problema se ha enquistado. Ana, su hermana, ha entrado por la fuerza en otra vivienda de la planta baja , propiedad de una familia que reside fuera de Cádiz capital y la usa en periodos vacacionales.

Los vecinos quieren emprender acciones legales contra ambas y los dos propietarios directamente afectados ya han denunciado a las dos nuevas residentes en el bloque. Sin embargo, éstas aseguran que no abandonarán el piso «hasta que nos den una solución» porque están solas y en una situación límite.

«He estado de okupa desde 2015 porque con lo que ganaba en trabajos de limpieza o cuidando niños reuníamos 600 euros al mes y nadie te alquila un piso en Cádiz con ese dinero y sin aval», explica Rocío a LA VOZ.

«Sólo tengo la ayuda de 300 euros y con eso no puedo pagar; ¿cómo doy si no de comer a mis cuatros hijos»

Esta gaditana de adopción vivió hasta el pasado mes de noviembre en un piso vacío -después de que la residente beneficiaria lo abandonase- de Procasa, la empresa municipal de vivienda. Entonces, Asuntos Sociales le concedió una ayuda al alquiler y, en colaboración con una inmobiliaria, le ofreció este nuevo piso en calle Navas.

Sin embargo, desde entonces no paga su parte de la mensualidad, la luz ni el agua. «Creía que Asuntos Sociales me pagaría el 90 % del alquiler, pero al final fueron 450 euros y el piso cuesta 700 al mes», advierte. Además, entonces perdió «la ayuda familiar» y ahora «sólo tengo la ayuda de Asuntos Sociales de 300 euros». «Son mis únicos ingresos y con eso no puedo pagar la luz, el agua, la parte del alquiler... ¿cómo doy si no de comer a mis cuatro hijos? », se pregunta.

Rocío abandonó el piso de Procasa, pero dejó viviendo allí a su hermana Ana y a su sobrina de 13 años. La hermana mayor cuidó durante meses de la pequeña, que lamenta padecer varios problemas de salud, antes de que consiguiera el alquiler del barrio del Mentidero. La vivienda no tenía ni luz ni agua y tomó la determinación de mudarse también al bloque de la calle Navas sin previo aviso.

Francis Jiménez

«La situación era insostenible y se ha visto obligada porque Asuntos Sociales no le ayuda. Ella no se niega a pagar la vivienda, tiene 700 euros al mes por el Ingreso Mínimo Vital , pero tampoco le alquilan ninguna casa», plantea Rocío.

Las hermanas entienden el miedo de los vecinos a que el bloque se llene de okupas, pero aseguran que son «madres de familia» y no quieren «que esto se convierta en un circo». Respecto a la intervención policial que acabó con la detención de un hombre por venta de drogas en el piso , Rocío niega que el bajo se haya convertido en un punto de trapicheo.

Ana se ofrece a pagar el alquiler del piso que ha okupado esta semana

Ambas piden una solución a Asuntos Sociales, una ayuda que les permita pagar menos de alquiler o una vivienda de Procasa: «Una mujer soltera y con cuatro hijos a su cargo debería tener prioridad. Hay muchas viviendas vacías y si el Ayuntamiento de Cádiz quisiera podría adelantar las cosas».

Por ello, garantizan que estarán allí antes de quedarse en la calle y «hasta que nos intenten solucionar algo». «Nuestra otra hermana está en Barcelona y mi madre está enferma, así que estamos solas y no tenemos apoyo de nadie» , concluyen.

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