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Apenas una de cada diez empresas de la provincia respira tranquila

La patronal alerta de que otras 45.000 se encuentran «agotadas» y necesitan «encontrar un lugar en el mercado»

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El mercado se ha quedado demasiado estrecho para decenas de empresas gaditanas que han perdido su lugar. Algunas con diez años de recorrido, otras con cincuenta y por primera vez se ven envueltas en la maraña de facturas impagadas, concurso de acreedores y recortes de plantilla. Son las que hoy dicen que no han conocido tiempos peores. Pequeños negocios, autónomos que desde hace años se han buscado bien la vida, firmas familiares y tradicionales que se asentaron en una ciudad o una comarca y ahora no saben a qué rama agarrarse. Posiblemente sean más de 45.000 que se encuentran «agotadas y exhaustas» y suponen nueve de cada diez. Esa proporción apenas deja a unas 5.000 que aún conservan un pulmón financiero con el que seguir creciendo.

Esa es la estimación que realiza la Confederación de Empresarios de Cádiz (CEC), que reclama a las administraciones que «pasen de las declaraciones a la actuación». El presidente de la patronal, Javier Sánchez Rojas, invitó ayer a realizar una reflexión sobre la situación de la provincia y la necesidad de no dejar escapar más oportunidades. Sin la intención de caer en el pesimismo ni buscar culpables, el líder de los empresarios gaditanos hizo balance de sus primeros seis meses en el cargo y destacó las principales fortalezas de Cádiz, desde las empresas con marca reconocida que están asentadas a la capacidad exportadora que la coloca entre las cinco primeras de España. «¿Qué nos pasa entonces?», lanzó la pregunta. Infraestructuras, proyectos pendientes y la pérdida de peso de la industria. «Estamos en un momento crítico, pero hay que revitalizar uno de nuestros principales sectores», sentenció. A pesar de las dificultades, pide no conformarse.

Financiación pública

Y en vista de las dificultades para acceder al crédito, aseguró que las líneas de financiación pública «son complicadas, porque se conceden a través de las entidades bancarias». El gran problema –avanzó– no es que esta crisis sea más dura que las anteriores, sino que resulta casi imposible acceder al dinero. «Los empresarios hemos llegado a pagar el crédito muy caro, pero se ha concedido, hoy ni siquiera existe esa posibilidad», aclaró.

Y entre las pocas vías de liquidez, valoró la apuesta del Plan de Pagos a Proveedores, que ahora encara su segunda fase y que consideró «una de las mejores medidas de este Gobierno». Así, recordó que sirvió para pagar facturas con años de antigüedad y que decenas de compañías volvieran a respirar. «Pero estas medidas de urgencia no serían necesarias si se cumplieran los plazos que marca la ley, simplemente eso».