Editorial

Turismo incierto

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El clima de incertidumbre en que se inauguró ayer la 30ª edición de la Feria Internacional de Turismo, Fitur, tras un 2009 marcado por una crisis que ha recortado un 8,7% la cifra de visitantes y un 6,8% de la facturación, abre profundas incógnitas sobre la evolución del sector en el próximo ejercicio. El moderado optimismo que puede haberse suscitado a la vista de la leve recuperación registrada en el cómputo interanual choca con la caída hasta de un 6,6% de las pernoctaciones hoteleras en la campaña anterior, y ello a pesar de la guerra de precios. Aunque forzadas a sostener sus balances anuales y renegociar sus créditos, las empresas turísticas no pueden olvidar que, junto a las dificultades coyunturales, el reto del sector pasa por afrontar una profunda modernización. Un renovado enfoque del negocio y del tipo de oferta que, apoyado en una mejor orientada y más proactiva política turística, ayude a la especialización de los destinos y a 'desestacionalizarlos'; y que se convierta en la garantía, junto a la penetración en los mercados emergentes, para proyectar el sector hacia el futuro y sentar las bases del nuevo modelo que no acaba de concretarse.