Varios japoneses pasan ante la policía desplegada en Tokio por el aniversario del emperador y la llegada de Obama. / EFE
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Asia mide la actitud de Obama

El presidente inicia una gira por varios países en la que tendrá que superar muchos recelos y defender intereses vitales para EE UU

PEKÍN Actualizado: Guardar
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En su primer viaje internacional tras ser galardonado con el Premio Nobel de la Paz, el presidente de EE UU, Barack Obama, llega hoy a Asia, en una gira trascendental para los intereses diplomáticos de Washington. Su primera escala será Japón, que estos días celebra el vigésimo aniversario de la coronación del emperador Akihito. En Tokio, el mandatario demócrata tiene previsto, además, reunirse con el nuevo primer ministro, Yukio Hatoyama, que pretende acabar con la habitual subordinación nipona a las órdenes de la Casa Blanca y centrarse más en el continente asiático.

En su deseo de gozar de una relación de «igual a igual» entre ambos países, Hatoyama ya ha anunciado su intención de poner fin a la ayuda que los barcos nipones prestan en el océano Indico a EE UU para la guerra de Afganistán. A cambio, Japón ha prometido fondos por valor de 5.000 millones de dólares (casi 3.400 millones de euros), pero las verdaderas discrepancias están en la reubicación de miles de soldados estadounidenses en la base de Okinawa.

Tras su paso por Japón, Obama se trasladará mañana a Singapur, donde participará en la cumbre del Foro de Cooperación Asia-Pacífico (APEC). La conferencia de la organización aglutina a 21 países ribereños del Pacífico. La naturaleza fundamentalmente económica de la APEC encauzará los debates hacia asuntos como la cooperación internacional para salir de la crisis financiera, la progresiva liberalización del comercio mediante la reducción o eliminación de aranceles entre sus miembros y la coordinación en la lucha contra el cambio climático antes de la cumbre de diciembre en Copenhague.

Durante la reunión de la APEC, el mandatario estadounidense se encontrará por primera vez con los diez representantes de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean), que incluye a Myanmar (nombre oficial de la antigua Birmania). Mientras Bush abogaba por el aislamiento a la Junta Militar que dirige este paupérrimo país, Obama ha cambiado de táctica e incluso algunos representantes de la Casa Blanca han viajado hasta Yangón (Rangún) para demandar al régimen mayores avances hacia la democracia.

La cita china

El domingo, Obama llegará a Shanghai, primera escala de la que, sin duda, es la parte más importante de su visita: China. Las siempre difíciles pero complementarias relaciones diplomáticas y económicas entre los dos gigantes estarán sobre la mesa en las entrevistas que mantenga con el presidente chino, Hu Jintao, y el primer ministro, Wen Jiabao.

En su condición de grandes potencias dentro de un mundo cada vez más globalizado, Washington y Pekín son, al mismo tiempo, socios y enemigos comerciales. La meca del consumo que es EE UU es uno de los principales clientes de la fábrica global. Así lo atestigua su balanza comercial con el dragón rojo, que el año pasado registró un déficit de 181.439 millones de euros. Por su parte, Pekín es el financiador de la Casa Blanca, ya que sus reservas de divisas, las mayores del mundo con 1,4 billones de euros, contenían en julio 541.495 millones en bonos del Tesoro emitidos por la Reserva Federal. Además, la influencia que está adquiriendo China debido a su ascenso internacional resulta crucial para solucionar los contenciosos de Irán, Corea, Afganistán y de la reducción de emisiones contaminantes a la atmósfera.

Por último, Barack Obama recalará el próximo miércoles en Corea del Sur, donde EE UU aún mantiene acantonados 28.500 soldados desde hace más de medio siglo. Pero sin duda, el principal tema a tratar será el de la amenaza nuclear del régimen norcoreano comandado por Kim Jong-Il.