Sociedad

El varón dandi

Rafael Medina presenta su propuesta para invierno y desvela su deseo de convertirse en referente de la moda masculina

BILBAO Actualizado: Guardar
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Rafael Medina se muestra como lo que es: un aristócrata sin dobleces, tanto en el vestir como en su forma de expresarse. De los Medinaceli de toda la vida, el duque de Feria y marqués de Villalba abandera el «clasicismo» como estilo de vida, mientras en los negocios se comporta como un pulpo, cuya figura ha convertido en logotipo de la firma Scalpers, que se ha empeñado en convertir en referente de la moda masculina.

El hijo de la famosa estilista Naty Abascal se acercó ayer a Bilbao para presentar la colección otoño-invierno y reforzar su ya de por sí influyente presencia en el mundo del diseño, al que se enganchó definitivamente de forma profesional tras dar portazo a una prometedora carrera como asesor financiero. Abandonó su cargo de ejecutivo en Credit Suisse y se puso a diseñar y comercializar corbatas.

Con pinta de tímido irreductible, cuenta que sus comienzos fueron «muy humildes». Empezó a ganarse la vida en este negocio «montando mercadillos en casas, empresas y hasta sótanos» para vender sus piezas a abogados, ejecutivos, notarios, banqueros.... «Todos amigos míos», reconoce. Se ha hecho un nombre como creador de las slippers, esas zapatillas de terciopelo que parecen hechas para andar por casa y que él ha convertido en objeto de culto en los salones más exclusivos, calzando los pies de gente como Flavio Briatore o los hijos de Carolina de Mónaco.

Medina es un auténtico gentleman. El duque de la elegancia, como le ha bautizado parte del mundo de la moda, aconseja sobre estilismo en una revista y VanityFair le ha señalado como uno de los hombres más elegantes del mundo, junto a su hermano Luis. De buena cuna y mejor planta -mide 1,93- nunca se ha planteado desfilar en pasarela pese a que ofertas no le han faltado. «Tengo una espalda enorme y los modelos son pequeñitos. Apenas miden 1,80 y su talla fluctúa entre la 48 y 50. Yo uso una 52, soy un tío ancho y, evidentemente, no sirvo. ¡Dudo que las marcas se fiaran de mí!», explica.

Celoso de su privada privada, pese a anunciar que se casará algún día por la iglesia con la getxotarra Laura Vecino, en cuestiones profesionales sólo tiene ojos para su madre. «Mujeres guapísimas hay muchas, pero es en el día a día donde se ve el estilo y su saber estar. Ella personifica la elegancia en su máximo estado de pureza». Aparte de títulos nobiliarios, Rafael también ha heredado parte de ese glamour.