CÁDIZ

Zona Franca ya busca un proyecto que ocupe 30.000 metros que deja Altadis

La dirección del Consorcio y el Ayuntamiento admiten que han comenzado los contactos para «poner en valor» la parcela de la tabaquera que es posible recuperar

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Altadis se marcha de Cádiz. En la teoría, la empresa heredera de la firma (Imperial Tobacco) todavía mantendrá una mínima actividad en su planta de la Zona Franca. En la práctica, su plantilla pasará a ser de 79 trabajadores el próximo mes de diciembre. Hasta el pasado verano eran 300. Su adiós a la ciudad aún no es oficial, pero el comité de empresa lo considera «virtual e inevitable».

La pérdida de empleados, ahora reconvertidos en prejubilados a partir de los 52 años, es fruto de un expediente de regulación de empleo presentado en 2008, aprobado el pasado junio y que mostrará todas sus consecuencias el próximo invierno.

A partir de noviembre, la plantilla quedará reducida a esa mínima expresión de 79 empleados y las máquinas de preparación de ligas de tabaco dejarán de funcionar. Más de la mitad de la planta, al pie del Puente Carranza, junto al Centro Náutico Elcano, dejará de ser útil.

El objetivo es que el espacio que ocupa actualmente no se convierta en un páramo industrial, en un solar yermo y sin actividad en una ciudad que necesita tanto del impulso económico como de terreno útil.

A la caza de proyectos

El delegado de la Zona Franca, José de Mier, admitió ayer que ya ha iniciado gestiones tanto para rescatar la concesión administrativa que tiene Altadis en su planta como para atraer el interés de empresas e industrias interesadas por ocupar la parcela que controla el Consorcio.

Ese suelo recuperable sólo es la quinta parte de la que fuera gran planta de Tabacalera, pero no supone que sea baladí. Esa pastilla de suelo de uso industrial abarca 30.000 metros cuadrados, un terreno respetable para una gran instalación, más aún en una ciudad con endémica e irremediable falta de suelo destinado al sector secundario.

El delegado del Consorcio, José de Mier admite que ha iniciado gestiones para «poner en valor» estos terrenos, es decir, para ofrecerlos a distintas empresas con la finalidad de que el espacio (y ojalá, los empleos) que deja libre Altadis (Imperial Tobacco) sea ocupado en el menor tiempo posible. De Mier se limita a reiterar la misma postura que ha mantenido desde que se conoció la reducción de actividad y plantilla de la tabaquera: «Ese espacio tiene una vocación industrial, sea pública o privada».

Nada de experimentos ni cambios de usos en los planes urbanísticos administrativos. De hecho, el Consorcio ya ha cumplimentado la premisa de dar a conocer la intención de buscar proyectos industriales para la zona a la alcaldesa, Teófila Martínez, que también es presidenta de la Zona Franca.

El Consistorio, al tanto

El Ayuntamiento de Cádiz admitió ayer, por vía oficial, que conoce la intención del delegado de «poner en valor» esos 30.000 metros cuadrados que actualmente ocupa Imperial Tobacco. La protocolaria luz verde municipal incluye un respaldo implícito a la decisión.

Todas las administraciones, al margen del partido que la dirija temporalmente, están por la labor. Si la tabaquera se va, el objetivo es que su espacio lo ocupe otra iniciativa empresarial capaz de fortalecer el dañado tejido productivo y, sobre todo, con opciones de crear unas cuantas decenas de puestos de trabajo.