TERAPIA. El diseño trata de favorecer el concepto de relax y bienestar. / MIGUEL GÓMEZ
MEDIO AMBIENTE

Tintes con conciencia

Las propietarias de las peluquerías Jorge Rubín abren en Cádiz el primer centro ecológico, que ahorra agua, luz y elimina sustancias químicas en los vertidos de agua

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Todavía circulan por algunos bares de la ciudad (de esos que no ven una reforma desde los años 60) chistes de lo que hacen las mujeres en la peluquería: que si sólo van a cotillear, que si critican a la vecina, que se dedican a comentar lo que lleva Rociíto. Pero la realidad es no es tan plana. La peluquería se ha convertido en un lugar donde acudir a relajarse.

Como el Tíbet queda un poco lejos, hay quien considera el tiempo que dura el tinte en fijarse es un rato de relax. Ese es el concepto que ha querido crear Carmen González Butrón en su nuevo centro de Jorge Rubín en la avenida Andalucía. Un lugar que invite al descanso, «donde te puedas sentir bien y desconectar», pero también donde se cuide el medio ambiente.

La inversión ha sido fuerte (más de 400.000 euros) pero cree que ha merecido la pena. Se ha instalado un descalficador para eliminar la cal del agua que se emplea para lavar el cabello.

También un filtro que elimina los residuos de pelo y químicos que pueda haber en el agua, aunque los productos que se emplean, a menos que indique lo contrario el cliente, son naturales.

Además, se han instalado luces de bajo consumo y un termostato que impulsa el agua a la temperatura adecuada, evitando que se derrochen millones de litros.

«Igual que yo quiero ir a un restaurante donde sé que cuidan el medio ambiente, también quiero ir a una peluquería donde se hace eso, pero ecología no es sinónimo de simpleza», explica esta empresaria de Chiclana, que maneja su propio negocio junto a su hermana Eloísa desde hace 20 años. Como por el momento estas novedades no se notan a simple vista, su idea es colocar un panel en el que explique los beneficios para el medio natural que tiene el local. «Quiero que la gente perciba el punto de ecoconciencia, que se respire ese ambiente y se vea desde fuera».

La inquietud por innovar va más allá del concepto ecológico porque Carmen ha diseñado su centro de manera que tenga compartimentos separados.

En el área de lavado, la directora del centro, Mayca García Gómez, habla en tono de susurro. Es el Touch Therapy donde se aplican los productos y cuidados que el cabello requiera y un masaje que incluye piedras volcánicas.

La empresaria cree que puede cambiarse el concepto de peluquería. «Nosotros tratamos de hablar con el cliente, saber qué busca, establecer un diálogo», expresa. Fruto de ese interés por introducir aspectos nuevos ha sido la separación de la zona de secadores, por ejemplo, «que siempre ha sido un machaque» y donde ahora se logra un espacio más íntimo con el uso de cromoterapia (a través de tecnología Leed).

Otras de sus iniciativas para un futuro cercano son crear un espacio wi-fi con ordenadores para que quien lo desee aproveche las esperas y navegue por internet o consolas para entretener a los niños mientras esperan a sus padres.

Las hermanas González Butrón sueñan con que en Cádiz algún día se implante una escuela que forme trabajadoras de peluquería «igual que se hizo con la Escuela de Hostelería», porque creen que hace falta innovar en este campo.

Casi la totalidad de su personal (16 personas en el local de la avenida y otras 16 en el otro centro que poseen en Ingeniero La Cierva) son mujeres. «Siempre he roto una lanza por las mujeres y como sé lo que es tener familia y horarios complicados, he establecido turnos de lunes a jueves», explica.