PROYECTO. Casa Aguilar podrá obtener la categoría de cinco estrellas. / ANTONIO VÁZQUEZ
CÁDIZ

Un pacto para que Agaden salga de la Casa del Almirante permitirá que reabra como hotel en 2009

La asociación ecologista debía abandonar el local el próximo 1 de enero al vencer el contrato de alquiler El propietario podrá obtener así las cinco estrellas

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Las obras de la Casa del Almirante podrán continuar con normalidad. La empresa propietaria de la finca, Casa Aguilar SL ya ha saltado el último escollo para poder abrir el hotel el próximo año. Después de varios meses de enfrentamiento, Agaden y el dueño de la casa-palacio del barrio de El Pópulo han llegado a un principio de acuerdo para que la asociación ecologista abandone el local que ocupa actualmente en el bajo del edificio.

El abogado de Agaden, Juan Domingo Valderrama, aseguró que «las partes ya han iniciado conversaciones para negociar la marcha de la entidad», lo que fue confirmado por el propietario de la finca, Honorio Aguilar.

Según señaló Valderrama «las condiciones son muy simples: Agaden abandonará el local siempre y cuando el dueño de la Casa del Almirante los realoje en otro espacio de las mismas características -es decir, metros cuadrados- que el actual».

El acuerdo aún no se ha cerrado aunque el letrado de la asociación ecologista manifestó que la intención «siempre ha sido, desde que la empresa Casa Aguilar SL compró el edificio, llegar a un entendimiento».

Sin embargo cuando Honorio Aguilar compró el edificio ofreció a la agrupación un local donde realojarse, o la indemnización, aunque, según el dueño de la casa-palacio de El Pópulo, «la asociación lo rechazó».

Plazo límite

Esta resolución del conflicto entre Agaden y el propietario de la Casa del Almirante ha llegado una semana antes de que la entidad tenga que abandonar, obligatoriamente, el local que ocupa.

Casa Aguilar SL había comunicado a la asociación que el próximo 1 de enero debía marcharse de la sede. El contrato de arrendamiento no era de renta antigua. Además, según se descubrió en un juicio celebrado en el mes septiembre los pagos los realizaba una persona, Alfonso del Castillo. Esto garantizaba a la propiedad su derecho a recuperar los bajos aunque, según dijo el abogado de Agaden, Juan Domingo Valderrama «el pacto que tenga la agrupación con este individuo no le interesa a Aguilar».

Agaden no sólo está establecida en su sede social. La entidad alquiló a la antigua propietaria de la Casa del Almirante, Carmen Patero, el otro local para una tienda, Pangea. El negocio está cerrado desde hace más de un año. Según denunciaron hace unos meses los miembros de la agrupación, los motivos de la clausura fueron las obras de rehabilitación del edificio. La actuación provocó filtraciones, además de la restricción del suministro del servicio de luz y agua. La entidad, incluso, anunció que denunciaría a Casa Aguilar SL por daños y perjuicios que les habían causado en los dos locales ubicados en los bajos del edificio. Cuando Honorio Aguilar compró la Casa del Almirante para rehabilitarla y transformarla en un hotel de máxima categoría no había proyectado la utilización de los locales de los bajos para el hospedaje. Sin embargo, para que la Consejería de Turismo de la Junta de Andalucía le otorgase la categoría de cinco estrellas a su negocio, le exigía un mínimo de metros cuadrados que, sin los locales del bajo no se alcanzaban.

Eso obligó a Casa Aguilar SL a cambiar sus planes originales y solicitó entonces a Agaden que abandonase su sede y la tienda. Sin embargo, los miembros de la entidad se negaron, lo que provocó que surgiese un conflicto que se ha alargado durante todo el año 2008.

Pero mientras que Aguilar y los ecologistas intentaban llegar a un entendimiento, la empresa ha seguido ejecutando los trabajos de rehabilitación del edificio.

La recepción y los salones de la planta baja ya están finalizados. Al igual que el resto del complejo: 25 habitaciones con jacuzzi para 45 plazas, además de un ático con piscina, solarium, salón de belleza y sauna, además del restaurante y la cafetería.

También en estos meses se han concluido las obras de rehabilitación de la fachada. Ésta ha recuperado la piedra ostionera sobre la que está construida el edificio. Una actuación que se demoró más de lo previsto debido -según señalaron los arquitectos encargados del proyecto- a que la piedra se encontraba en muy malas condiciones por el mal estado de conservación de la Casa del Almirante. También se actuó sobre el mortero de cal, un trabajo que se ha alargado durante tres meses.

En el interior se han recuperado los mármoles, a pesar de que estaban cubiertos por una capa de suciedad muy difícil de quitar. Pero finalmente, la empresa ha sabido devolverles su esplendor original. También se han encontrado unas ánforas del siglo XVIII, que se han integrado en el hotel y, en el patio principal de la recepción del complejo, quedan visibles, junto a otros pequeños hallazgos, para aquellos que se hospeden en este lugar.

mhuguet@lavozdigital.es