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Los amarillos vencen al Granada en la aburrida Copa Federación

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La Copa Federación no parece levantar pasiones entre sus participantes. Dos equipos sin sus titulares se midieron en el Los Cármenes con la sensación de estar allí más por obligación que otra cosa. Y el que más en serio se lo tomó fue un Cádiz al que las ganas de sus canteranos y la clase de Rosu le permite afrontar en Carranza la vuelta de estos dieciseisavos con un gol de ventaja.

Comenzaron mucho mejor los suplentes del Cádiz que los del Granada. Los amarillos se hicieron desde el primer minuto con el control del juego, con Fran Cortés y Bezares dominando con tranquilidad el centro del campo. Pero, pese a tener la pelota, al Cádiz le costaba llegar a las inmediaciones de José Antonio. El primero en conseguirlo fue Rubiato con un disparo lejano, aunque sería Rosu, muy activo por la izquierda, quien daría el primer gran susto a los locales al estrellar en el minuto 15 un derechazo en el larguero. La suerte volvería a ser esquiva con Rosu en el 25’, al encontrar su remate de cabeza de nuevo el mismo larguero. Según iban pasando los minutos el juego Cádiz se iba diluyendo, y el del Granada creciendo. Los de Braojos encontraron el camino franco por las bandas y encerraron a un Cádiz que vio con alivio como llegaba el descanso.

La reanudación animó el partido a la vez que Bienve y Luismi entraban en sustitución de López Silva y David García. Dos buenas oportunidades para cada equipo en los primeros minutos eran el preámbulo del tanto cadista. Fran Cortés saca de esquina, despaja la defensa granadina y el rechace lo empalma Rosu desde la frontal para superar a José Antonio por su escuadra derecha. El tanto daba alas a los de Gracia que con el desparpajo propio de un equipo joven desplegaba un juego rápido y de ataque. Y de haberse hecho justicia aún podría haber marcado algún gol más. Era, sin embargo, el Granada el que que casi lo consiguía en los últimos instantes cuando Morales, a puerta vacía, mandabao fuera un balón que sólo tenía que empujar.