Televisión y poder
Desde que allá por los años cincuenta comenzó a funcionar en nuestro país la caja tonta, no cabe duda que todo en nuestras vidas ha ido cambiando de una manera radical. Ha servido y sigue utilizándose para conseguir crear en los ciudadanos una corriente de opinión dirigida por las mentes rectoras de los sistemas políticos imperantes, decir lo contrario sería negar una clara evidencia.
Actualizado: GuardarEn tiempos de la dictadura franquista, las retransmisiones de aquellas multitudinarias demostraciones sindicales en el Santiago Bernabéu o los concursos de bailes regionales propiciados por sección femenina fueron un claro ejemplo de lo que digo. Luego, para distraer a las masas de los problemas cotidianos, las retransmisiones deportivas ensalzando las victorias del «invicto» Real Madrid con sus copas en blanco y negro o la gran derrota de los «rojos» en la final de la Copa de Europa fueron un claro ejemplo de cómo, indirectamente y a través de la pequeña pantalla, se pueden manipular y distraer las mentes de todo un país.
Hace algunos años tuve la ocasión de visitar Cuba y pasaba lo mismo. Gracias a las emisiones constantes del partido del sempiterno Fidel Castro, la única información que llegaba a casa de los cubanos eran las que se filtraban a través de las pantallas, así ha sido siempre y, si Dios no lo remedia, seguirá siendo así.
Ahora, en plena crisis económica, se nos anuncia un seguimiento masivo, en la primera de TVE, de los debates electorales entre Obama y McCain por la presidencia de los Estados Unidos de América. Sin duda, para los españolitos de a pie, es un tema apasionante y hace muy bien el Gobierno en tenernos informados, al minuto y en directo, del desarrollo de la batalla electoral estadoudinense. Sin lugar a duda, nuestra opinión al respecto va a ser determinante en la elección de ese nuevo presidente, ¿por qué será?
