La plantilla azulina está pendiente, al igual que los aficionados xerecistas, de lo que suceda para la próxima temporada liguera. / T. SÁNCHEZ
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Las acciones pignoradas por Luis Oliver bloquean la operación de compra del Xerez

El paquete accionarial en poder del empresario navarro ha retrasado y está poniendo en peligro el acuerdo entre Joaquín Morales y Francisco Garrido El ex presidente azulino quiere que se le paguen 1,2 millones de euros por los títulos

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Los continuos aplazamientos que se vienen produciendo para la firma de la operación de compra-venta del Xerez Club Deportivo Sociedad Anónima Deportiva (SAD) entre el todavía presidente de la entidad, Joaquín Morales, y el empresario Francisco Garrido, tienen una explicación muy concreta, y su nombre es Luis Oliver. El ex presidente xerecista tiene un paquete de acciones pignoradas, fruto de la venta que en su día realizó a José María Gil Silgado, y, según ha podido saber LA VOZ, solicita una cantidad de 1,2 millones de euros por desprenderse del mismo y desbloquear la actual situación.

La venta del primer club de fútbol de la ciudad se ha convertido, por tanto, en una complicada operación a tres bandas cuya resolución es incierta a día de hoy.

Más allá de las versiones oficiales que se han venido ofreciendo por parte de Joaquín Morales y del entorno de Francisco Garrido -ambas partes achacaban los retrasos en la firma del acuerdo a la revisión de la documentación que precisa una transacción de estas características- el único motivo por el cual no se ha ejecutado el traspaso de poderes en el club azulino responde a la aparición de unas acciones pignoradas a favor de Luis Oliver, y por las que el empresario navarro, de ingrato recuerdo para la parroquia azulina, ha pedido una cantidad de 1,2 millones de euros, unos 200 millones de las antiguas pesetas.

Esta circunstancia haría, o bien que Garrido desembolsase una cantidad aún mayor de la prevista por la compra del Xerez, o que Morales renunciara a parte de los ingresos que esperaba obtener, y, obviamente, ninguna de las partes está por la labor.

Origen de las acciones

La irrupción de Luis Oliver nuevamente en el devenir de la entidad xerecista está motivada por los flecos que aún quedan pendientes del acuerdo de compra-venta que en su día protagonizaron el empresario navarro y José María Gil Silgado, quien después se ha sabido que representaba a José Antonio Roca, el asesor de Urbanismo de Marbella encarcelado por la operación Malaya. Silgado pagó a Oliver con dinero en metálico, pero también con unas propiedades inmobiliarias ubicadas precisamente en la ciudad marbellí. Esos inmuebles no tenían el valor estipulado en el contrato, por lo que Oliver consiguió la pignoración de un paquete de acciones del Xerez, es decir, se hizo con los títulos como garantía o prenda del dinero que se le adeudaba.

Así se ha llegado al día de hoy, y éste es ahora el principal escollo para que se cierre con éxito la venta del Xerez al empresario de Espera Francisco Garrido, venta que fue anunciada por el todavía presidente del Xerez, Joaquín Morales, el pasado 19 de junio, hace ya 18 días. En todo este tiempo se han puesto varias fechas para la firma del acuerdo, pero, al final, siempre se aplazaba el momento, lo que ha disparado las dudas, los rumores y las conjeturas entre la afición del Xerez, que ve como estos retrasos pueden afectar muy negativamente al equipo, pues no se puede planificar la próxima temporada, ni pagar a los jugadores, ni realizar los fichajes necesarios para la siguiente campaña mientras el club se encuentre como parece en tierra de nadie.

El papel del Ayuntamiento en esta historia se antoja de nuevo importante. Las fuentes consultadas por este medio indican que la alcaldesa de la ciudad, Pilar Sánchez, estaría al tanto de estos avatares y podría colaborar con Garrido y Morales a la hora de encontrar una solución que desbloquee la operación. Mientras tanto, el entorno de Joaquín Morales ha hablado de esta semana que comienza hoy como enésima fecha para que se firme el acuerdo con Garrido, algo que a día de hoy, y por desgracia para los aficionados del Xerez, parece bastante improbable.