ESPAÑA

Zapatero asciende a Pajín a número tres y a Blanco a vicesecretario del PSOE

El líder socialista es reelegido por el 98,43% de los delegados, el mayor respaldo en la historia del partido socialista

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José Luis Rodríguez Zapatero puso por fin nombre a la mujer con la que quiere escenificar 'la fuerza del cambio' en el PSOE. La alicantina Leire Pajín, actual secretaria de Estado de Cooperación y mujer de confianza del líder socialista desde que se hizo con las riendas del partido en el año 2000, será la nueva secretaria de Organización. La joven política sustituye en el cargo a José Blanco que se convierte en vicesecretario general y sale reforzado del 37 Congreso con un puesto que hasta la fecha sólo había ocupado Alfonso Guerra en tiempos de Felipe González.

El alcance real del nombramiento de Pajín, que con tan sólo 31 años ha desempeñado ya tareas de gran responsabilidad tanto en el partido como en el Gobierno, está aún por ver. Dependerá de lo que el todopoderoso Blanco esté dispuesto a delegar porque, en principio, el número dos del PSOE conservará la mayoría de sus actuales funciones: dirigirá la acción electoral, seguirá ejerciendo como principal portavoz del partido y, sobre todo, ampliará competencias en el ejercicio de la coordinación política.

El hasta ahora secretario de Organización ya ejercía en muchos ámbitos como gran jefe del partido por delegación de Rodríguez Zapatero. Su palabra es prácticamente ley en los territorios. Pero ahora su influjo se dejará notar también en el Gobierno, con el que según fuentes oficiales ejercerá de enlace, y en el grupo parlamentario. Si desde el partido se le ha echado en cara al Ejecutivo la falta de impulso político, a partir de este momento la responsabilidad será algo más compartida.

Cuando Guerra desempeñó esta función, hasta la derrota electoral de 1996, el encargado de garantizar el orden interno del partido en el día a día era Txiki Benegas. Pero el veterano político sevillano era también vicepresidente del Gobierno. Blanco sólo tiene su cargo en el partido.

En Ferraz aseguran que Pajín tendrá «un papel importante» y que probablemente actuará como segunda portavoz. Esto es, será ella quien comparecerá ante la prensa tras las reuniones de la 'permanente' (el núcleo duro que se reúne cada lunes, si no hay ejecutiva).

Rodríguez Zapatero dejó claro que piensa en ella como una «persona magnífica para el presente y el futuro del PSOE». Lo que ya le concede un estatus especial. Pero no será la única cara del partido. El secretario general pretende suplir el perfil técnico que se ha atribuido al Gobierno con una dirección de peso político en la que «haya muchas voces».

La económica corresponderá al actual secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granados. Con él, burgalés, crece la presencia de los castellano-leoneses en puestos de responsabilidad dentro de la ejecutiva, en la que están también Jesús Caldera y, en su calidad de portavoz del Congreso, José Antonio Alonso.

El peso del partido

El futuro secretario general del partido en esta región, hasta ahora mano derecha de Blanco, Óscar López, fue así uno de los pocos 'barones' que vio garantizado con creces el peso de su federación, de la que proviene el mismo Zapatero.

Otros tuvieron que desfilar por el 'confesionario' para hacer valer sus propuestas, aunque casi todos mantienen su presencia. A última hora de la tarde se daba casi por seguro el espaldarazo al PSE con un nuevo puesto para Eduardo Madina, además del que ya conserva su portavoz Rodolfo Ares.

Rodríguez Zapatero quiere que Madina sustituya a Leire Pajín en la secretaría de Estado de Cooperación, aunque el vasco no ha dado aún su consentimiento.

El PSOE de hoy no es el de antaño. El aparato es ahora más fuerte que nunca y prueba de ello es que tanto Blanco como Pajín son un producto de este modo. El propio Zapatero era ya, y en este 37 Congreso lo es más que nunca, el líder del partido con mayor apoyo de toda su historia. En la votación de este sábado cosechó el respaldo del 98,43% de los delegados, dos puntos y medio más que en 2004, tras su primera victoria electoral.