ANÁLISIS

Objetivos, coste y resultado

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l paquete de medidas aprobado ayer por el Gobierno para luchar contra la crisis es tan denso y variado que no se me ocurre otra forma de abordarlo que dividiéndolo en tres partes. Una, sus objetivos, dos, su cuantificación y, tres, sus efectos. Los objetivos me parecen correctos y están bien planteados. Se trata de impulsar la actividad y de aliviar la situación de empresas y familias ante el endurecimiento que provoca la crisis en forma de mayor coste de adquisición de bienes y servicios y de peores condiciones de financiación. Como la forma de hacerlo es aumentando el gasto y reduciendo los ingresos fiscales, su coste para el erario público y su propia financiación resulta un asunto de capital importancia. El Gobierno promete ser prudente y garantiza la estabilidad presupuestaria, de tal manera que los ahorros del pasado se usen con mesura y ponderación y se evite caer en los siempre temidos déficits. Así que, un planteamiento correcto y una financiación precavida, nos conducen a los resultados. Si además de este buen inicio, el Gobierno consigue frenar el deterioro del crecimiento del PIB, de tal manera que el empleo no decaiga demasiado y la actividad se mantenga viva, el plan será un éxito rotundo. Cada grupo social implicado, que son casi todos los grupos sociales existentes en la sociedad española, deberá dar su opinión concreta sobre la conveniencia de las medidas que le atañan, pero la visión global me parece razonable y sólo nos queda desear que produzca los efectos finalmente buscados al coste inicialmente calculado. Por el bien de todos, el éxito del plan será el éxito del Gobierno y, en consecuencia, el del país en su conjunto.