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Mi abuelo Eduardo

Mi inolvidable y querido abuelo Eduardo Cabeza de la Flor fue designado alcalde del Depósito Municipal el 27 de febrero de 1936 tras el triunfo en las elecciones locales del Frente Popular, presidiendo muy dignamente el Ayuntamiento de Puerto Real Don José Mª Fernández Gómez, siendo cesado mi abuelo tras el golpe de estado de aquel año, el 21 de agosto de 1936. Estuvo a escasos centímetros de los represaliados para el habitual «paseo», pero de pronto, al estar el aciago camión repleto de condenados a muerte y cuando Eduardo Cabeza iba a ser introducido en aquel trágico vehículo, se oyó una voz estentórea: «A este, lo dejamos para el próximo paseíllo, no vaya a volcarse el camión con (omito los exabruptos dedicados a los infortunados incluyendo a mi abuelo) tantos rojos». El nombre de Eduardo Cabeza como puede comprobarse en el AHDPR con fecha 8 de febrero de 1941, tuvo el dudoso honor por lo macabro del crítico momento de figurar a continuación del ya depuesto alcalde constitucional democráticamente elegido y posteriormente asesinado hacia el 22 de agosto de 1936, como la mayor parte del último Ayuntamiento de la II República en Puerto Real y tantos convecinos en diferentes fechas. Por inesperado azar, los deseos de aquel integrante de las tristemente denominadas «escuadras negras», no se hicieron realidad y no por falta de ganas contra aquel hombre honrado y muy laborioso - como tantas de las víctimas - . Tras aquella siniestra experiencia sufrida por aquel fiel cumplidor del deber, el destino siempre imprevisible le tenía reservada mejor suerte que a sus compañeros, pues el siguiente camión no llegó de momento.

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Sobrevivió Eduardo Cabeza al cruel suceso vivido sólo seis años más tarde, dedicándose como autónomo para poder mantener como pudo a su humilde y numerosa familia gracias a su oficio de relojero, sin renunciar a su ideología de izquierda, aunque optando por una discreta existencia, dada la implacable vigilancia ejercida en la para algunos, aún hoy, «apacible dictadura» hasta su temprano fallecimiento en 1942. Vaya para él - para todos y todas - mi emocionado recuerdo de gratitud y reconocimiento por su lealtad y coherencia a una noble ideología hasta la muerte.