CLAVE. Robinho celebra uno de sus goles. / AFP PHOTO
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Robinho afianza el liderato del Madrid ante el Recreativo en sólo media hora

El brasileño salió desde el banquillo y desequilibró la balanza con dos goles Robben será baja en Champions ante la Roma por un esguince de tobillo

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El Real Madrid amplió su ventaja con el Barça con una victoria trabajada en Huelva y mostró que todavía sigue marcado por los dos estigmas de toda la temporada. Sigue demostrando que tiene una pegada terrible, pero desperdicia esa ventaja que le da su calidad por los tremendos fallos defensivos a balón parado.

Los onubenses aprendieron del Getafe que jugó en el Bernabéu. Achucharon a Diarra y Gago, incapaces de sacar dos balones en condiciones, y adelantaron las líneas para que el Madrid no pudiera jugar. Todos los balones andaluces pasaban por Carlos Martins, que sacó una falta desde el lateral derecho y Cáceres, sólo en el segundo palo, adelantaba a su equipo. Al Recre le había costado un mundo marcar. En cambio, al Madrid sólo necesitó un disparo. El único en media hora. Raúl remataba un centro de Drenthe y chocaba con Sorrentino.

Importancia arbitral

El fútbol estaba ofuscado por las dos partes. No salía una jugada bien y los balonazos cruzaban el campo de lado a lado. Hasta que Iturralde González decidió intervenir. En un saque de esquina, Beto y Heinze se enzarzaron en el área. Después, discutieron, se acordaron de sus respectivas madres y el portugués le puso la mano en el rostro del argentino. Heinze cae fulminado y engaña a Rafa Guerrero, que provoca su expulsión.

A continuación, el árbitro se vuelve a equivocar al expulsar a Sergio Ramos por sacar los brazos en un salto. Y el último en intervenir fue Quique Álvarez, que sólo le dio una opción a Iturralde González. El central entró a Robben de la misma manera que Taylor lo hizo con Eduardo, el delantero del Arsenal, hace una semana. El colegiado echó al veterano defensor y Bernd Schuster varió rápidamente sus planes.

Premió a Robinho para que intensificar su calentamiento y se la jugó a una sola carta. El carioca tardó treinta segundos en responder a la confianza del técnico alemán. Marcó el gol de la victoria y se fue a celebrarlo en el córner que hace un año lo hiciera Roberto Carlos. A pesar del gol y de jugar con uno más, el Madrid sufrió con uno más hasta que Robinho marcó su segundo gol en el descuento. Martins mantuvo la llama de la esperanza encendida con una magnífica falta que recompensaba su buen partido.