LA DENUNCIA. Ismael relata lo sucedido ante la atenta mirada de su hijo. / MIGUEL GÓMEZ
CÁDIZ

Una agresión en un partido de fútbol entre cadetes termina con un joven ingresado en el hospital

Un futbolista de 15 años es denunciado tras golpear y dejar inconsciente a un rival al finalizar el encuentro

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La violencia vuelve a empañar un partido de fútbol disputado por jóvenes de sólo 15 años. El encuentro entre los equipos de la capital el Flamenco y el Ciudad de Cádiz, perteneciente a la Liga Provincial de cadetes, se desarrolló el pasado viernes en el complejo Pedro Fernández sin incidentes. Pero nada más concluir el partido, una agresión emborronó lo que debía haber sido una jornada deportiva. Un jugador del Ciudad de Cádiz fue golpeado con tal dureza en la cara que perdió la conciencia y fue llevado al hospital Puerta del Mar, donde permaneció varias horas ingresado.

Esto es parte del relato que incluyó el padre del herido en la denuncia interpuesta en la Comisaría Provincial, y que el propio Ismael Pampará mostró ayer a este medio. Él, «por suerte», no pudo ver la agresión que sufrió su hijo porque en ese momento estaba ocupado abriendo los vestuarios, ya que es el delegado del equipo. «Oí unos gritos y regresé al campo. Había un grupo de personas arremolinadas y al acercarme vi a mi hijo tirado en el suelo, con la boca sangrando y los ojos vueltos».

Ismael se llevó el susto de su vida, al comprobar que el menor había perdido el conocimiento y no respondía a ningún impulso. Ayudado por el entrenador del Ciudad de Cádiz, pudieron levantarlo y llevarlo a los vestuarios, «donde recuperó algo el conocimiento. Pero estaba completamente desorientado». Ante el temor de que pudiera tener alguna lesión grave en la cabeza, fue llevado al hospital Puerta del Mar.

En el centro hospitalario le diagnosticaron traumatismo torácico y en la órbita derecha (zona del ojo) y diferentes erosiones en la cara y en el cuerpo. Así, el joven mostraba ayer los labios hinchados a causa de las heridas. «Allí mismo me dijeron que tenía que denunciar los hechos y que iban a dar parte al juzgado de guardia», decía Ismael Pampará.

El menor sólo recuerda el puñetazo previo antes de perder el conocimiento. Fue su entrenador y otros compañeros del equipo los que informaron a su progenitor de cómo había sucedido la agresión. «Se estaban despidiendo los jugadores y el dorsal número 5 escupió a mi hijo. Él le respondió pidiéndole explicaciones y recibió un puñetazo y una patada en la cara, que lo tumbó en el suelo». Así consta en la denuncia presentada.

Según la víctima, no conoce al agresor porque sólo lleva jugando con el Ciudad de Cádiz desde el mes de enero. También niega que la respuesta violenta y cuando el partido ya había terminado, fuera fruto de algún encontronazo durante el encuentro. «Sólo tuvimos algún roce en un saque de esquina, pero sin importancia», decía ayer el joven Manuel Jesús.

Su padre, que llegó a jugar con los juveniles del Cádiz , no está dispuesto a que su hijo vuelva a disputar un partido con su equipo hasta que no se sancione al Flamenco y al futbolista denunciado. Dice sentirse perplejo por la creciente violencia que se ve en los encuentros de categorías inferiores. «Muchos entrenadores meten tanta presión a los chicos, que en lugar de disfrutar del deporte, sólo piensan en el resultado aunque tengan que pisarle la rodilla al contrario». Ismael recuerda su etapa de futbolista y asegura «que las cosas han cambiado mucho». «Antes los partidos eran jornadas festivas. Pero ahora sólo tienes que escuchar cómo se insultan los niños o cómo le entran a un rival cuando hacen falta».

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