PANCARTAS. Los vecinos las han colocado en diversas zonas de la urbanización. / TAMARA SÁNCHEZ
Jerez

Decenas de familias llevan dos años sin poder entrar en sus viviendas

Desde 2006 aguardan a que Urbanismo de la licencia de primera ocupación Los vecinos culpan a la constructora de «no aportar los papeles necesarios»

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Comprar una vivienda de primera construcción y de renta libre supone en la mayoría de los casos un sobresfuerzo económico para cualquier familia. Su elevado coste ha originado que el pago de las hipotecas dure décadas, no obstante la satisfacción de tener un hogar propio hace que muchos vean recompensado este sacrificio financiero.

En Jerez, concretamente en la Zona Noreste, entre las avenida de Europa y Lola Flores, existen dos promociones que a priori tenían todo lo necesario para hacer feliz a sus nuevos propietarios. Pisos de tres o cuatro dormitorios, soleados, con trasteros y garaje, además de una zona común que cuenta con piscina propia y jardín eran la carta de presentación de Astxa Mar y Arroyo del Membrillo. Estas dos promociones donde existen 105 viviendas fueron acabadas en tiempo y forma en el año 2006 y en el mes de octubre sus nuevos propietarios firmaron las escrituras ante notario y comenzaron a pagar sus complejas hipotecas.

Desde ese momento han pasado 20 meses, casi dos años, y hasta la fecha no pueden residir en sus pisos. El problema que lleva todo este tiempo minando la paciencia de estos ciudadanos reside en que «la constructora, Edimar -y su subcontrata, Edisan- no presenta los papeles necesarios de la finalización de las obras de urbanización de las calles aledañas a los pisos ni a Urbanismo ni a Ajemsa ni a Sevilla Endesa por lo que no tenemos aún ni la licencia de primera ocupación, ni luz eléctrica ni agua potable», como explicaron a este medio varios vecinos afectados.

Esto ha originado que muchas familias vivan en la actualidad situaciones muy delicadas ya que «muchos tenemos que pagar un alquiler mientras que estamos hasta el cuello con la hipoteca», insistieron los propietarios. Otros, como David Rincón -casado y padre de dos niños- ha tenido que acostumbrarse a vivir en casa de sus padres donde «somos ahora mismo nueve. Llevamos dos años esperando poder venirnos a vivir aquí y parece que nunca va a llegar el momento. Hemos acudido a todas partes y nadie nos da una respuesta de lo que ocurre con nuestros pisos», se lamentó.

De hecho, la desinformación a la que están siendo sometidos estos vecinos es una de sus principales quejas ya que «aunque tenemos contratada una cooperativa (Claves de Gestión Urbana) no se nos comunica nada» algo que ha originado que «hayamos solicitado a la Subdelegación del Gobierno en Cádiz los permisos necesarios para hacer una manifestación».

«El Ayuntamiento también es culpable de los que estamos pasando por no controlar la demora de las obras de urbanización de las calles ya que por la Ley de Compensación debería haber tutelado este proceso», afirmó uno de los afectados.

En medio de esta situación, los vecinos ya han comenzado a meter muebles en sus respectivas viviendas porque «muchos no podíamos esperar más. Tenemos los muebles comprados desde 2006 y guardarlos nos estaba costando un dinero que no tenemos», explicó David.

Generadores de electricidad para tener luz o un cubo con el que recogen el agua de la lluvia que se ha estancado en la piscina para poder limpiar los cuartos de baños u otras zonas son algunas de las medidas que empiezan a adoptar los afectados. De igual forma, han colocado pancartas en distintas zonas de la urbanización que esperan poder retirar pronto «cuando nos den los permisos y podamos vivir en nuestras casas», sentenciaron.

braguilar@lavozdigital.es