ANIVERSARIO. La capilla fue la del Sagrario de San Lorenzo. / F. J.
CÁDIZ

La casa del Señor

Servitas celebra hoy el 150 aniversario de la declaración como capilla del Sagrario

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El 17 de enero de 1858 el obispo Arbolí respondió a la petición realizada un año antes por el párroco de San Lorenzo: la declaración de la capilla de Servitas como capilla del Sagrario al no disponer el templo de una capilla para este uso. Ese día, el prelado de la Diócesis de Cádiz trasladó bajo palio al Santísimo a su nuevo Sagrario, a los pies de la imagen de Nuestra Señora de los Dolores. Desde ese acto hasta hoy han transcurrido 150 años, aunque ya la capilla de la Fraternidad no tiene este privilegio. Sin embargo, aún quedan vestigios de este hecho.

La capilla fue transformada adecuando un dosel de plata que se utilizaba de manifestador en la exposiciones del Santísimo, y a los ángeles lampareros se les colocaron las lámparas de plata para la luz del Sagrario.

Hace apenas tres décadas el Santísimo abandonó la capilla, al habilitar el párroco de San Lorenzo, el padre José Araujo, una capilla del Sagrario en San Lorenzo. Pero a pesar de su ausencia, la Orden Seglar celebrará mañana esta efeméride con su priora a la cabeza, Encarnación Orellana.

La priora recuerda los orígenes de la capilla, donada por la camarera durante 25 años, María Paula Henríquez, y que dejó como heredera universal de todos sus bienes a la V. O. T. de Servitas de María Santísima de los Dolores de Cádiz para la realización, entre otras obras, de la capilla que, finalmente, se construyó colindante a la parroquia de San Lorenzo. «Un santuario mariano donde se encuentra nuestra historia en las lunetas del coro. Aunque ya no es del Sagrario, es la casa de los hermanos, nuestro punto de encuentro. Donde está nuestra vida», aseguró Encarnación Orellana.