JOLGORIO. Los madridistas celebran un gol de Van Nistelrroy ante la desesperación de Kujovic. / AFP
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Van Nistelrooy y el árbitro desatascan al Real Madrid ante el colista

Los de Schuster cierran la primera vuelta con unos números de récord Sin embargo, el juego del equipo blanco no termina de ser convincente

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El Madrid de Schuster sigue sin convencer con su fútbol pero los números, como el algodón, no engañan, y por algo cierra la primera vuelta con récord de puntos y siete de ventaja sobre el Barcelona. Ante el voluntarioso colista, el líder cuajó otro mal partido pero resolvió porque tiene fe, solvencia, un goleador de lujo como Van Nistelrooy y todo a su favor, incluidos los arbitrajes.

Aunque ya dominaba con claridad, sufrían los merengues hasta que, a un cuarto de hora del final, el andaluz Fernández Borbalán, a instancias de su asistente, señaló penalti por una mano de Serrano clara pero quizá involuntaria, de esas que muchas veces no se sancionan y exigen la unificación arbitral. Y cuando el Levante aún soñaba con el empate, Van Nistelrooy le ajustició con un disparo seco que acreditó sus condiciones. Al holandés se le da de maravilla este escenario, ya que aquí se estrenó como goleador madrididista con un hat trick.

Si un extraño aterriza en Valencia y observa el primer tiempo, seguro que es incapaz de discernir entre el colista y el líder. Ciertamente, el Madrid volvió a dejar patente que sus excelentes estadísticas no están acordes con su fútbol y se estrelló ante el orden y trabajo de los levantinistas. Estuvo lento, impreciso, y falto de concentración, movilidad, toque, fluidez en el centro del campo, desborde y entrada por banda.

Equilibrio

Ni Gago, ni Baptista, un portento físico con llegada pero con dificultades para la creación, estuvieron a la altura exigible. Enseguida el madridismo se acordó de Guti, una vez más en el banquillo. Tampoco estuvieron los de Schuster atentos en defensa. Sobre todo por el flanco izquierdo que defendía Marcelo, el limitado Levante encontró huecos. Bastaban un pelotazo y una prolongación para que Juanma encontrase espacio. En ocasiones, ese insulso primer período también estuvo equilibrado. A falta de combinaciones, tuvieron que llegar a balón parado. Iker, al final titular a pesar de su gastroenteritis, vio como un par de saques de esquina muy cerrados se pasearon cerca de la raya de gol sin encontrar rematador. También suspiró cuando vio que algún rebote peligroso le favorecía. Y en el otro área, el Madrid tuvo dos consecutivas. Sneijder ejecutó un córner y Baptista y Raúl estrellaron sus disparos en Courtois, un bastión bajo palos.

De forma paulatina, los blancos encerraron a los valencianos en la segunda mitad, que arrancó con un disparo envenenado de Pedro León que rozó el palo de Casillas. Aunque no intervino mucho, la ligera mejoría del Madrid coincidió con la presencia de Guti. Comenzó a aparecer Robinho, quien tras un error defensivo lanzó al palo -el segundo del Madrid puesto que Baptista también estrelló el balón contra la madera en un barullo-.

El gol se veía venir pero tuvo que llegar de penalti muy discutible. Luego, Riga hizo dos internadas que pudieron propiciar el empate y dejaron en mal lugar a la zaga visitante. Pero fue Van Nistelrooy el que cerró la noche con un disparo certero. De momento todo va viento en popa pero, sigue así, tarde o temprano este Madrid se pegará un batacazo.