La Sierra duplica en tres años la superficie dedicada al cultivo de la agricultura ecológica

Quince agricultores serranos dieron el paso, hace tres años, de abandonar la producción tradicional de frutas y hortalizas para apostar, de una manera intensiva, por la producción ecológica. Lo hicieron a través de la unión en una cooperativa propia, Agrícola de los Pueblos Blancos. Con ella, logran controlar desde la siembra hasta el proceso de puesta en el mercado, con lo que el productor se aprovecha del valor añadido que generan los productos. El negocio ya ha supuesto duplicar la superficie cultivada en apenas tres años: de 43 a 80 hectáreas de productos verdes.

La apuesta ha necesitado tiempo y paciencia para consolidarse, dado lo innovador del mercado. Así, cada mes constataban cómo se incrementaba la venta de productos, lo que revertía en un aumento inmediato de la producción. La cooperativa actualmente comercializa unas 300 toneladas anuales. Sin embargo, y aunque ahora esté más de moda la agricultura ecológica, antes de la puesta en marcha de la cooperativa muchos de los agricultores que la componen llevaban 20 años dedicándose a la producción de hortalizas por los mismos métodos de respeto al medio. Son, por lo tanto, pioneros en Andalucía.

En suma, estas explotaciones suponen que unas 80 hectáreas ya están puestas al servicio de la «obtención de alimentos y materias primas de máxima calidad, respetando el medio ambiente y conservando la fertilidad de la tierra, mediante la utilización óptima de los recursos locales, potenciando las culturas rurales, los valores éticos del desarrollo social y la calidad de vida».

Estos cooperativistas se encuentran en las localidades serranas de Alcalá del Valle, Algodonales, Arcos de la Frontera, El Bosque, Espera, Olvera, Prado del Rey, Puerto Serrano, Torre Alháquime y Villamartín. Actualmente, según incide la gerente de Agrícola de los Pueblos Blancos, María Carrascosa, la cooperativa se plantea «un crecimiento controlado, hasta llegar a los 20 o 30 socios». El control se debe a que «no queremos crecer tanto que las cosas se magnifiquen y se vayan de las manos; además, queremos que los cooperativistas sean personas totalmente implicadas en el negocio». A pesar de ello, Carrascosa asegura: «La forma que utilizamos es la ideal para los productores de la zona y, por ello, aunque decidiéramos no crecer más, apoyaríamos cualquier iniciativa similar a la nuestra por la zona». En este sentido, la cooperativa busca nuevos socios que estén dispuestos a hacer agricultura ecológica y a «participar en un proyecto colectivo» que, junto a los propios agricultores, da empleo a otras cinco personas.

La diversidad en la la producción es otras de las máximas de los agricultores ecológicos. «Ésta es la única forma de que nuestro producto se venda más», apunta la gerente. El método de producción agrícola es tradicional y familiar, de tal modo que son los propios agricultores quienes siembran, cosechan y transportan hasta la sede de la cooperativa, desde donde se da salida al producto, también de forma tradicional.

sierra@lavozdigital.es