ENTRADA. Pato cae en una pugna con un futbolista del San Fernando. / ANTONIO VÁZQUEZ
MÁS FÚTBOL

El San Fernando vence en Puerto Real pese a acabar con dos menos

El árbitro, López Amaya, acertó al decretar tres penaltis y dos expulsiones La derrota le cuesta al Puerto Real el liderato y comprime posiciones

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Nuevo festival de fútbol y emoción en la Tercera División el visto ayer en Puerto Real. Junto al San Fernando-Balona, uno de los partidos más abiertos y de nivel futbolístico de lo que se ha podido ver en lo que va de liga. Alternativas en el juego y en el marcador para que todos pudieran disfrutar y sufrir, según el momento. Ambos tuvieron expectativas de ganar el partido, y hasta de perderlo, si bien el San Fernando siempre fue por delante y jugó con mucha más inteligencia sus cartas que los verdiblancos.

Los azulinos que ayer -misterio del marketing de la venta de camisetas- vistieron de rojillo en el Sancho Dávila vieron con el Puerto Real dominó los primeros minutos de partido. Al llegar el ecuador de la primera mitad, alcanzó el partido un equilibrio en el que cualquiera podía haber resuelto en marcar, pues Paquito Sánchez -en dos ocasiones-, Puli y, sobre todo, Berro (al que Bocardo le hace un paradón) tuvieron sus oportunidades. La balanza empezó a inclinarse del lado isleño cuando el valiente López Amaya pita penalti en un penalti tan justo como innecesario de Olivera sobre Puli. Javi Muñoz no perdona desde los once metros y hace el primero visitante (0-1).

Es el minuto 42 y el partido entra en fase de bendita locura para el espectáculo. En la siguiente llegada del Puerto Real hay un derribo de Fernando Porto a Paquito Sánchez en la frontal. El colegiado pita la falta de inmediato y le saca la segunda amarilla a Porto, que tomará camino de vestuarios. Las insistencias de los delanteros portorrealeños hacen que López Amaya hable con el asistente y cambie la decisión: falta, sí, pero dentro del área. Penalti, que agarra Dani Ollsson para marcar, aunque Raúl Iglesias anda cerca de evitar (1-1).

Superioridad numérica

El partido se ponía de cara para los locales: empate y jugar medio partido con uno más. Eso parecía. Pero los de Rafa Escobar fueron impotentes para negociar esa situación. En la siguiente jugada están blanditos en defensa y Wicha manda al palo, el rebote lo caza Puli para servir atrás y Sergio Berro marca el 1-2. Mazazo psicológico que manda al Puerto Real a la lona. La cuenta de protección tiene lugar ya en el vestuario con el obligado receso. Lo dicho, cuatro minutos de locura.

Y en la misma línea, la segunda parte se inicia con otro golpe mortal. En una falta en la frontal, en la que el árbitro le perdona la segunda amarilla a Pato, el habitual Javi Muñoz la clava en la escuadra. El 1-3 ya parecía definitivo. Daba idea de finiquito, pero nada más lejos de la realidad. Sólo cinco minutos después Raúl Iglesias derriba en el área a Guille y, de nuevo, pena máxima. Dani Ollsson tiene que innovar para superar al meta vasco: al estilo Panenka (o Zidane, a gusto del lector) y muy alto, marca el gol que ponía el 2-3.

Había partido: un gol de diferencia y más de media hora por delante, expectativa a la que se asía el Puerto Real. Expectativa que se acrecenta cuando Wicha ve una roja directa por una entrada que retira unos minutos a Pato a la banda contusionado. Son nueve rojos por once verdiblancos en el campo. Pero expectativa frustrada a la postre. Los locales se empeñan en entrar por el centro y desprecian los costados.

El San Fernando oposita solo orden, pues tampoco le hace falta más. Dos líneas delante de su área (una de cinco jugadores y otra de tres futbolistas) es suficiente. Cuando el Puerto Real las traspasa aún queda Raúl Iglesias de guardia. Los de Iriondo incluso se marcan un par de contras que pudieron acercar el 4 al encargado del marcador del Sancho Dávila. Bocardo lo evitó.