Cultura

«A los españoles nos gusta lo de fuera, aunque sea una patata»

No calló cuando la danza era la hermana pobre de todas las programaciones, no dejó de llamar las cosas por su nombre en un entorno en el que algunos prefieren la autocensura. Víctor Ullate eligió quedarse en España y no duda en ser crítico. La suya es una voz que no se calla, a la que le gusta llamar las cosas por su nombre.

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-Afirmar que en España, en danza, nos cuelan mucha morralla...

-Es que hay compañías que vienen de ciertos países del Este que son un desastre. El Ballet Nacional de Kiev y similares vienen a en giras formadas por bailarines sacados del paro, que no tienen formación como equipo, que montan cualquier cosa improvisada. A la gente le encanta eso de un nombre extranjero, les suena bien. Después ellos se ponen el tutú y, claro, eso viste mucho.

-Siempre se mira hacia fuera...

-Me da mucha rabia ver que para los españoles lo mejor es lo que hacen los demás, lo de fuera de casa. Aunque sea una patata.

-¿Qué problema tiene este país con la danza?

-España tiene un folklore fantástico. Marius Petipa, que recorrió este país en el XIX cogió mucho de aquí para incorporarlo a los repertorios, de las danzas vascas, de la escuela bolero... En todos los ballets clásicos como El Cascanueces o El lago de los Cisnes hay una danza española. Sin embargo, aquí la bolera se está perdiendo porque no hay interés. Tampoco hay una buena escuela de flamenco... Comprendo que hemos estado cuarenta años idiotizados y eso nos retrasa. Ni siquiera sabemos respetar a los bailarines como en el resto de Europa. Creo que la danza debería ser una asignatura más como la música o las matemáticas. Mira cuánto se invierte en deporte, y está muy bien, pero no es lo único.

-¿Cree que ha mejorado el capítulo de las programaciones?

-Sí, pero no se presta suficiente atención a las compañías de aquí, se gasta mucho dinero en lo de fuera. Además ni siquiera teníamos una ley de mecenazgo contemplada, todo eso está empezando ahora.

-Se da mucho gato por liebre, sobre todo en contemporánea...

-Exactamente. Hay mucho esnobismo entre los programadores y, claro, el público se traga un espectáculo malo y que no entiende y termina largándose. Que lo aguante otro.