Así se reciclan los neumáticos

A raíz del incendio ocurrido el viernes 13 de mayo en el cementerio de neumáticos de Seseña (Toledo), fuentes de la organización responsable de la recogida y el reciclaje de de neumáticos en España, el Sistema Integrado de Gestión de Neumáticos Usados (Signus), han recalcado que este incidente «se trata de un hecho aislado», ya que «desde 2005, en España, este tema esta regulado y los neumáticos reciben el tratamiento adecuado. Además, ya quedan muy pocas instalaciones de este tipo y se trata de un stock antiguo almacenado antes de que existiera una regulación al respecto que prohíbe llevar los neumáticos a estos vertederos». Pero, ¿cómo se reciclan los neumáticos en España?

En España se aprobó el Real Decreto 1619/2005 sobre gestión de neumáticos fuera de uso, que prohibió arrojarlos en los vertederos a partir de julio de 2006.

Entonces, varios fabricantes de cubiertas crearon Signus que, además de recoger y reciclar los neumáticos, realiza un trabajo de clasificación previo a su salida al mercado para hacer un seguimiento de todos los neumáticos que se venden. Como consecuencia de esta regulación, las gomas gastadas se dejaron de llevar a los vertederos como el de Seseña.

Así, cuando los consumidores entregan sus neumáticos usados en el taller, este debe solicitar la recogida de los mismos para que los trabajadores de Signus los depositen en las plantas de clasificación de neumáticos. Una vez ahí, los expertos separan los que pueden ser reutilizables, para su posterior venta como productos de ocasión; de los que ya no tienen más vida útil, que se envían a las instalaciones de transformación.

Una vez que llegan a estas plantas de reciclaje pueden seguir dos procesos de transformación. O bien se trituran una vez sin separar los distintos componentes –textil, acero y caucho– y se convierten en productos derivados; o se realiza un segundo tratamiento para separar los compuestos y darles una segunda vida con distintas aplicaciones como el relleno de los campos de césped artificial, las losetas de los parques infantiles o las barreras de hormigón de la mediana de las autovías.

En 2015 Signus recogió 186.285 toneladas de neumáticos, en 25.371 puntos de generación para tratarlos correctamente en sus plantas. El problema de que todavía existan algunos cementerios de neumáticos como el de Seseña en España, es la toxicidad que genera su combustión. En este sentido, María Ángeles Nieto, portavoz de Ecologistas en Acción, explica que «los neumáticos están compuestos por numerosas sustancias químicas cancerígenas como partículas PN10, hidrocarburos aromáticos policiclicos, benceno, benzopireno, dioxinas, furanos y metales pesados».

Además de gestionar el reciclaje de los neumáticos, los fabricantes están investigando nuevos materiales para producir gomas que generen un impacto menor en el medioambiente. Por ejemplo, Continental está trabajando con caucho obtenido a partir del «diente de león». Las ventajas de trabajar con esta planta perenne es que se cultiva en las regiones templadas de Europa, por lo que Continental, además de reducir su dependencia del caucho natural, disminuiría el impacto ecológico que genera el transporte de materias primas. El objetivo de este proyecto es producir neumáticos desde un punto de vista económica y socialmente viable, que alivie la explotación de las plantaciones de caucho situadas en los trópicos.